El presidente de Yemen, Ali Abdallah Saleh, declaró ayer su disposición a abandonar el poder bajo ciertas condiciones, un anuncio que fue rechazado de inmediato por la oposición, que lo consideró una nueva maniobra del mandatario.

«Rechazo el poder y en los próximos días renunciaré a él. pero no para entregárselo a la oposición», señaló Saleh en un incoherente discurso televisado por la cadena estatal. «Hay personas entre quienes detentan ahora el poder, ya sean civiles o militares, que van a asumir el poder. Es imposible que ellos saboteen el país», declaró Saleh, quien anunció que convocará sendas reuniones con el Parlamento y con la Shura (consejo de notables) para «adoptar importantes decisiones». En su opinión, tal y como reiteró ayer , «el proyecto de la oposición es un proyecto saboteador».

Ésta no es la primera vez que Saleh, en el poder desde hace 33 años, dice estar preparado para transferir el poder y, de hecho, firmó una «hoja de ruta» diseñada por las cleptocracias del Golfo para entregar el poder a la oposición, pero no ha actuado en consecuencia.

El todavía presidente aseguró que Yemen lleva nueve meses haciendo frente a un «conspiración», en alusión a la ola de protestas contra su régimen, y aseguró que «el pueblo yemení lleva resistiendo nueve meses frente a un complot, como ni Túnez, ni Egipto ni Libia han resistido».

«Mentira»

La activista yemení Tawakkol Karman, galardonada el viernes con el premio Nobel de la Paz, tachó de «mentira» el anuncio realizado ayer, e instó a Saleh a devolver «el poder que ha usurpado a la revolución», al tiempo que aseguró que «la revolución paífica continuará».

Por su parte, Mohammad Fabri, del Foro Conjunto, que reúne a la oposición parlamentaria, habló de una nueva «maniobra» y de «pura desinformación». «Si habla en serio, ¿por qué no abandona el poder esta tarde como le piden los yemeníes?», se preguntó.