BERA BERA 24

MAR ALICANTE 22

No siempre se puede jugar bien, y ayer era uno de esos días. Bera Bera se dejó hipnotizar por el ritmo parsimonioso que impuso Mar Alicante desde el inicio, marcado con inteligencia por su central Nuria Gracia, y al tratar de liberar su juego rápido -no de forma natural, sino porque se «aburría» al son de su rival- cayó en numerosas pérdidas de balón, se topó con un gran partido de Castellanos -que empezó a parar balones inverosímiles ya en el calentamiento previo al partido, ante sus propias compañeras-, y para colmo estrelló seis balones en los postes.

Si algo bueno se puede sacar del encuentro de ayer, es que Bera Bera no perdió los nervios, al menos no del todo -aunque ver a Anna Punko empecinada en marcar en los tres últimos minutos, para expulsar los fantasmas de un partido desesperante, ponía los pelos de punta-.

Las cosas empezaron mal desde el minuto uno. Bera Bera ponía el balón en juego, y Castellanos detenía un lanzamiento precipitado de Rubio cuando apenas se llevaban 40 segundos. Gracia marcaba el 0-1, y Mar Alicante se disponía a imponer su estilo de juego mientras le durase la inspiración y las fuerzas. Para empezar, impidieron correr a las donostiarras, y el partido empezó a convertirse en una carrera de obstáculos en que ambos bandos rivalizaban sobre todo en pérdidas de balón.

La defensa 5:1 alicantina, y Merche Castellanos, se le atragantaron al ataque donostiarra, donde sólo Bea Fernández y Dara Carvalho parecían tener las ideas claras y la puntería afinada. El marcador se movía lentamente entre pérdida y pérdida de balón (una docena por bando en la primera parte), y sólo un momento de locura tras un tiempo solicitado por Reyes Karrere liberó la velocidad local. El fogonazo duró cuatro minutos, en los que el marcador pasó de 5-6 a 8-7, pero el técnico alicantino mandó a parar, y a la vuelta todo volvió a su lógica anterior.

Karrere aprovechó cada minuto del descanso para aclarar las ideas de sus jugadoras, y el principio de la segunda parte supuso un alivio. Mar Alicante seguía en sus trece, pero al menos Rubio encontraba la forma de atacar su defensa con tres asistencias de gol en cinco minutos, aunque recibió un golpe en la cara que le produjo un corte, y tuvo que retirarse. Mientras tanto Karrere daba cinco minutos de reflexión en el banquillo a una Zoqby descentrada, que a la vuelta empezó a parar. No mucho, pero lo suficiente para elevar la moral del equipo.

El resto consistió en cuidar mejor el balón. Bera Bera «sólo» perdió siete posesiones en la segunda parte, pero es que Mar Alicante entregó ¡17 balones! Rubio volvía con 18-20, y poco después el técnico visitante pedía un inexplicable tiempo muerto que a quien benefició en realidad fue a Bera Bera, que a la vuelta le endosó un parcial de 6-0, con Rubio y Bea Fernández conectando como nunca hasta celebrar un valioso triunfo.