François Hollande y Martine Aubry, los más votados en las primarias del PS el domingo, se disputarán una apretada segunda vuelta, con la necesidad de seducir a los votantes de Arnaud Montebourg, el candidato más a la izquierda de esta inédita votación. La diferencia más pequeña de lo previsto entre los dos finalistas (39,2% contra un 30,6%) deja muy abierta la segunda vuelta que designará al candidato del PS a las elecciones presidenciales de la próxima primavera, probablemente frente a Nicolas Sarkozy. Los electores del tercer hombre, Arnaud Montebourg, que sorprendió con el 17% de los votos, tienen así un papel determinante.

Su discurso, que gira en torno a la desglobalización, el control de los bancos y la renovación política ha seducido a numerosos electores a la izquierda del PS. Durante la campaña, Montebourg afirmó que Aubry y Hollande eran «dos candidatos completamente indénticos».

Ayer confirmó que enviará una carta a los dos candidatos y, según su respuesta, orientará a sus votantes. En el canal TF1, ambos reiteraron que confían en acceder a la presidencia de la República y, preguntados por cuál será su mensaje ahora, Aubry aseguró que «no cambio de ideas en función de las circunstancias», mientras que Hollande decía un poco antes en France 3: «no tengo que cambiar de línea». Pero para empezar a conquistar a los votantes de Montebourg, ayer ambos se refirieron al control de la banca e incluso Hollande se mostró dispuesto a un «control parcial».

Montebourg, en France 2, indicó que no dará una consigna de voto a sus seguidores antes del nuevo debate previsto por los dos pretendientes socialistas al Elíseo, mañana por la noche.