Internacional
Di tu color y te diré de dónde vienes
El Boca Juniors viste sus colores por un barco sueco y la Juventus porque le compró la equipación al Notts County inglés.
Joseba VIVANCO
«Elegimos el bravo color de la bandera de Navarra para el de nuestras camisetas», se rememoraba en un suplemento de ``Arriba España'' de 1953 con motivo del segundo ascenso de Osasuna a Primera División. El Ahletic, ya se sabe, adoptó sus franjas rojiblancas tras comprar el equipamiento del Southampton inglés después de no encontrar el blanquizaul del Blackburn Rovers. Y la Real Sociedad, en sus orígenes era el San Sebastián Recreation Club, que vestía de verde y amarillo, pero en marzo de 1908 estrenó nombre y una nueva equipación, camisa blanca y pantalón azul.
Si el escudo de un equipo es el corazón del jugador, la camiseta es su primera piel cuando salta al césped a defender esos colores, colores que los hay para todos los gustos, lo mismo que el origen de los mismos. El West Ham londinense viste igual que el Aston Villa, y todo porque a principios del siglo XX, William Dove, un velocista profesional, ganó una carrera a cuatro jugadores de los `villanos' y éstos le regalaron una camiseta que él entregó a su hijo, Charlie Dove, uno de los primeros hammers con cierto renombre.
La Juventus italiana, cansada de su rosa originario, lleva hoy el blanco y negro porque desde Inglaterra les enviaron las del Notts County, también las más económicas que había. El origen de los colores rossonero del Milan se remonta a su fundación, cuando fueron seleccionados por Herbert Kilpin para representar el ardiente fervor que es parte de los miembros del equipo, el rojo, y para infundir miedo en los rivales, el negro.
El actual líder argentino Boca Juniors ostenta una franja horizontal amarilla sobre fondo azul por mor del azar. Incapaces de ponerse de acuerdo, los fundadores del club decidieron elegir los colores del primer barco que entrara en el puerto; en el navío que apareció enarbolaba la bandera sueca.
Su eterno rival, River Plate debe su uniforme a unos músicos que se hacían llamar ``Los habitantes del infierno'' y se vestían de diablos. El día de su primer partido, los jugadores arrancaron una franja de tela de ese disfraz y se la colocaron en bandolera, sujeta con imperdibles, para diferenciarse del otro equipo que vestía de blanco. Así nació la legendaria diagonal roja que, más de un siglo después, siguen luciendo los Millonarios. Por cierto, Perú viste igual porque en 1920 River les prestó su camiseta para un partido contra Argentina en Buenos Aires, y les gustó el diseño. Por ejemplo, Escocia adoptó los colores del Queen´s Park Rangers en 1872 después que de este equipo aportara todos los jugadores de la selección escocesa.
El Argentinos Juniors del que surgió Maradona, nacido de aquellos muchachos que se juntaban a debatir sus ideas políticas en una esquina de Villa Crespo, optó por el rojo y blanco en homenaje al partido socialista. El histórico Colo Colo chileno, nombre tomado de un cacique mapuche que peleó contra los españoles en el siglo XVI, eligió los colores de su indumentaria de una manera simple: camiseta blanca como símbolo de pureza y pantalón negro como demostración de seriedad.
El histórico Ajax de Amsterdam, por ejemplo, vestía a rayas rojas y blancas pero al coincidir con el Sparta de Rotterdam, cambió al diseño que hoy viste inspirado en el Arsenal inglés. Los `leones' del Sporting de Portugal vestían camiseta dividida verticalmente en dos franjas, una verde y otra blanca, pero en un viaje a Brasil en 1928, utilizó la camiseta de su equipo de rugby, con rayas horizontales verdiblancas, por ser más fresca. Y gustó. La ratificación llegó cuando en un partido ante su rival Benfica, jugado bajo un temporal, el Sporting se cambió a las camisetas de rugby en el descanso y terminó ganando con la indumentaria que portaría de ahí en adelante.
Tampoco le resultó sencillo al Galatasaray turco elegir los suyos. Su clásico amarillo y rojo es fruto de una combinación. El propietario de la tienda a la que acudieron para dar con esos colores mostró sendos vestidos de color granate tirando a carmesí castaño, y el otro de un amarillo denso con trazos naranjas. «Ante nuestros ojos apareció una combinación cromática parecida a la que recubre la cabeza y el cuello de un jilguero. Ese juego de colores parecía desprender fuego», argumentaría Sami Yen, cofundador del club en 1905.
De azul viste el Chelsea londinense, que siempre lo hizo así, aunque en sus inicios con un tono más pálido, tomado de las vestimentas del entonces Vizconde de Chelsea. El Arsenal, se dice, viste una camiseta roja con mangas blancas y pantalones blancos en reconocimiento a una donación caritativa de un equipaje por el Nottingham Forest; por cierto, el Sparta de Praga, que viste de rojo, imitó a los gunners. El Liverpool, siempre también de rojo, hasta 1959 lo hacía con pantalón y medias blancas, pero el entonces entrenador Bill Shankly hizo que sus jugadores vistieran totalmente de rojo para darles la apariencia de diablos y que así infundieran temor a sus rivales.
Aunque para curiosidad, la del Deportivo Saprissa, el mejor club de Costa Rica, que adoptó en 1937 el morado como color después de que dos hilazas de tela roja y azul se mezclaran por accidente en una de las tejedoras de una pequeña fábrica.
En uno de esos duelos del fútbol europeo por excelencia, el conocido como choque del Campidoglio, donde desde hace casi 80 años rivalizan los romanos `del corazón profundo de la capital' y los `de los nuevos barrios de la periferia'. Es el Lazio-Roma de este domingo, el derbi eterno, y en esta ocasión con ambos equipos empatados a puntos en la tabla. Allá en 1920, Roma tenía nada menos que ocho clubes en la primera división regional. Italo Foschi, presidente del Fortitudo Pro Roma, consideraba que para rivalizar con los potentes equipos del norte había que fusionarse. De ahí surgió el AS Roma -«un cuarto de siglo después que el Lazio», como se apresuran a aclarar los seguidores rivales- que adoptó el emblema de la Loba del Capitolio y los colores amarillo dorado y rojo púrpura, de los antiguos estandartes del Imperio Romano; por su parte, la Lazio, fundada en 1900, siguió su camino inspirada en el espíritu olímpico de Atenas del que surgió, y de ahí su color celeste, semejante al de la bandera griega. El primer duelo entre ambos equipos romanos se saldó con victoria del Roma el 8 de diciembre de 1929. «He jugado muchos derbis también en Milán, Madrid y Londres. Pero donde más intensa es la pasión por estos duelos es en Roma», confesaba en su día Christian Panucci.
La cita del nuevo duelo será, cómo no, en el Estadio Olímpico romano. Allí, en el fondo sur animarán incansables los seguidores giallorossi de los `hijos de la Loba', que esta temporada dirige el ex-barcelonista y merengue Luis Enrique. «El día más bonito de mi vida fue cuando marqué contra el Lazio delante del fondo sur», llegó a afirmar Alberto Aquilani.
Un equipo que se ha destacado durante su historia por forjar auténticos matrimonios entre jugadores y club por su prolongadas carreras, como el caso de Francesco Totti, pero también de nombres como Giuseppe Giannini, el pequeño Bruno Conti, el inolvidable guardameta Franco Tancredi, el gran capitán Agostino Di Bartolomei, cuyo nombre lleva incluso una calle de la ciudad, o el defensor brasileño Aldair, quien tras trece campañas allí, su número 6 fue retirado.
La rivalidad con el Lazio levanta pasiones, toda vez que cada uno reivindica para sí el liderazgo de la provincia. El derbi aguarda a que el gran Totti llegue a tiempo de unas molestias y espera ver el debut también del joven argentino de 20 años Erik Lamela, aquel que dijo no al Barça con apenas 13 años. J.V.