La misión internacional que supervisa el programa de reformas y de ajustes de Grecia, conocida como «troika» (CE, BCE y FMI), dio ayer luz verde a la entrega al país heleno del sexto tramo de la asistencia financiera, que asciende a 8.000 millones de euros y que ahora tendrá que ser aprobado por el Eurogrupo y el comité ejecutivo del FMI para que esté listo en noviembre.

La misión concluyó ayer su evaluación de las reformas estructurales y ajustes que está llevando a cabo Atenas como condición para recibir la ayuda internacional y evitar su quiebra. Su visto bueno implica una nueva entrega de fondos, que hasta ahora había estado en el aire porque los avances en Grecia no se habían producido de acuerdo con lo esperado.

Los supervisores destacaron que las autoridades griegas siguen realizando «importantes progresos», sobre todo con respecto a la consolidación fiscal, pero afirmaron que para lograr una mayor reducción del déficit de manera socialmente aceptable y establecer la base de una recuperación es «esencial» poner más énfasis en las reformas estructurales del sector público y la economía.

De los 8.000 millones de euros, 5.800 millones proceden de los Estados miembros de la zona del euro y los 2.200 millones restantes del FMI.

Retraso de las medidas

Por su parte, el Gobierno griego calificó de «equilibrado, práctico y positivo» el informe publicado por la «troika» y aceptó sus observaciones sobre el retraso a la hora de aplicar las reformas.

«Estamos obligados, para el bien de la gente, a cubrir los retrasos en las reformas estructurales para conseguir las metas para 2012 y alcanzar un superávit primario», señaló el ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos. El Gobierno ha tenido que revisar sus previsiones de déficit, que en este año será del 8,5% en lugar del 7,6% pactado inicialmente con la «troika».