Maite SOROA | msoroa@gara.net
Su «Fiesta Nacional»
Los españoles celebran hoy lo que hace no tanto era «El Día de la Raza» y ahora han reconvertido en «Día de la Hispanidad» o «Fiesta Nacional», según los gustos. Sin embargo, para aquellos que defienden las esencias más rancias del patrioterismo español, la celebración no tiene la épica suficiente. Ignacio Villa, en «La Razón», se quejaba ayer de que: «la mayoría no siente la más mínima atracción por el motivo de la fiesta. Los españoles seguimos teniendo pudor por celebrar la Fiesta Nacional, después de más de 30 años de democracia sigue en la calle el miedo ridículo de que hablar de España, de su bandera y de sus fiestas pueda ser calificado despectivamente. Y ciertamente es una pena». Pues servidora no siente lástima ninguna. Sin embargo, el columnista insistía en sus lamentos y entraba en comparaciones: «No hay que mirar más que a nuestro entorno europeo. En Francia, por ejemplo, el 14 de julio es una cita de orgullo nacional sin vergüenzas ni mezquindades. Pues bien, aquí en España deberíamos seguir también ese mismo camino. El 12 de octubre se tendría que convertir en una gran Fiesta Nacional, de todos los españoles, sin nacionalismos baratos y sin pudores de otra época. Tiene que ser una fiesta de todos». Cuando habla de pudores de otra época, ya saben a qué se refiere, ¿verdad?
De todos modos, ante la proximidad de las elecciones y el anunciado cambio de gobierno, Villa no pierde la esperanza: «Ahora que estamos en puertas de una nueva legislatura, estaría bien plantearse entre todos conseguir que una cita de estas características arraigue de verdad entre los españoles. No puede ser una fiesta laboral sin más. Se tiene que convertir en la fiesta de todos los españoles; sin colores, sin enfrentamientos autonómicos y sin ideologías. Y es desde luego un reto más pedagógico que político: explicar y recordar qué celebramos en la Fiesta Nacional sin ninguna vergüenza». Y digo yo que si sienten vergüenza, será por algo, ¿no? Frente a ello, apela a «esos millones de españoles que han celebrado en las calles de Barcelona, Madrid, Bilbao o Sevilla los éxitos deportivos» de la selección española. Pues haría muy bien en mirar hoy a Bilbo y comprobar cómo celebran la jornada miles de personas que reclamarán la independencia de Euskal Herria. Igual le da un mal.