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De Islandia a Nueva Zelanda, de dioses nórdicos a trolls sureños

Este fin de semana, la Feria Internacional del Libro de Frankfurt se va a despedir hasta el año que viene. La actual edición del certamen ha tenido como invitada de honor a la «fabulosa Islandia», que ha hecho gala del título jugando con los prejuicios que rodean a esta pequeña isla nórdica. El año que viene le tocará mostrar su cultura a Nueva Zelanda.

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Ingo NIEBEL | FRANKFURT

Algún cabaretista alemán decía que las cenizas que colapsaron el tráfico aéreo sobre Europa en 2010 no eran producto de la erupción del volcán islandés con el nombre impronunciable de Eyjafjallajökull, sino de los valores que estaban quemando los bancos de la fantástica isla cuando se fueron a la quiebra.

Igual de oscura, por no decir negra, es la sala que habita esta invitada de honor de la Feria del Libro. Esta oscuridad impresiona incluso al visitante alemán, acostumbrado a largos meses de invierno con poca luz, que las nubes suelen secuestrar durante semanas tiñendo el cielo de un gris agobiante. ¿Cómo vivirán entonces los islandeses esta época del año?, se pregunta uno. Como siempre hay más de una respuesta.

Los diseñadores de la sala lo han escenificado de diferente manera. Hay un rincón, el cual alberga una cafetería cuyos muebles recuerdan a una sala de estar del siglo XIX. La iluminación que cada ser humano necesita para no hundirse en la depresión anímica e intelectual llega a través de gigantescos paneles en los que se ven diferentes imágenes. Unas muestran el paisaje terrestre y acuático de esta isla que es cinco veces más grande que Euskal Herria pero en la que vive solamente la décima parte de los tres millones de habitantes vascos. ¿En tiempos remotos habrá habido algún contacto entre pescadores vascos e islandeses?, cabe preguntarse, y este pensamiento hace volar la fantasía.

Esta última hace falta para imaginarse qué libros estarán leyendo aquel puñado de islandeses que aparecen `en tiempo real' en las otras imágenes gigantescas. Ahí están sentados en estanterías llenas de libros, diferentes, eso sí, pero bien ordenados; concentrados en la lectura. La impresión es que ni la oscuridad ni la presencia de unos 280.000 visitantes, que acuden anualmente a esta exposición, les podrían sacar de sus respectivas lecturas.

Asgard

El único libro sobre Islandia que he leído trataba la similitud entre su espectacular geografía y el castillo de los dioses nórdicos, llamado Asgard. Ahí vivía el dios jefe Odin con su hijo Thor, el dios de la guerra y del trueno. Tampoco faltaba su rival, el traicionero Loki. También Asgard contaba con una sala muy especial, llamada Walhalla. Ahí se reunían los dioses con los guerreros germánicos caídos en combate y que en el momento de su muerte yacían en los brazos de las valquirias que los llevaban en sus caballos volantes hasta este mítico lugar. La subida y caída de los dioses nórdicos fue contada en una canción arcaica conocida como Edda.

El autor sobre Asgard quería demostrar que esta obra `pre-harrypotteriana' fue compuesta en Islandia. Entre otras cosas, subraya que hasta hoy en día se sigue creyendo en la existencia de fuerzas misteriosas en Islandia, que han hecho romper tantas veces una taladradora hasta que los ingenieros se rindieron y cambiaron inexplicablemente el transcurso de una carretera que, menos en este único punto, había sido recta.

«Por si acaso, no le vamos a preguntar por los elfos» dice sonriendo irónicamente el presentador cuando entrevista al autor de novelas policiacas Viktor Arnar Ingólfsson. El creador de «El enigma de Flatey», un best-seller, trabaja en el departamento de infraestructuras y carreteras de Islandia. Al escuchar la palabra elfos, Viktor pone mala cara, y eso no es ningún gesto teatral porque, cuando explica en perfecto alemán -con su duro acento nórdico- su biografía y la génesis de sus obras, muestra una simpática e irónica autocrítica. Cuenta, por ejemplo, que forma parte de una asociación de autores de novelas policiacas cuyo nombre significa en islandés «asociación criminal». «Ustedes se ríen -dice ante la reacción del público- pero no saben los problemas que hemos tenido, porque ningún banco nos quiso abrir ninguna cuenta». Más risas aún, cuyo eco se multiplicará pensando en cómo habrá sido el banquero que les abrió la cuenta y si éste al hacerlo habrá tenido en cuenta lo que dijo el pensador alemán Bertolt Brecht al respecto: «No hay mayor robo a un banco que fundar uno».

Para 2012 Islandia cederá el espacio especial a Nueva Zelanda. El slogan de esta otra isla será en lengua maorí: «He meomoïa he ohorere» que se traduce como «mientras estáis durmiendo / antes de que amanezca donde vosotros». El Ministerio de Arte y del Legado cultural, que se dedica a la conservación de la herencia nacional, quiere aprovechar su presencia en Frankfurt para presentar la riqueza cultural de Nueva Zelanda al mundo entero. Para ello cuenta con el respaldo del director de cine, Sir Peter Jackson, realizador de la trilogía «El Señor de los Anillos», rodada y producida en parte en aquella isla. En Frankfurt se sigue con interés la influencia de diferentes culturas y medios en la literatura de Nueva Zelanda.

Esta perspectiva promete ser interesante, no sólo porque nos acerca a un mundo tan desconocido, sino también porque tiene que superar los tópicos del rugby y de Hollywood. Además, hace volar la imaginación para soñar que el Haka podría abrir paso a que, en un futuro no tan lejano, sea seguido por el `irrintzi', en este lugar tan especial que es la Feria Internacional del Libro de Frankfurt.

PRÓXIMA INVITADA

El slogan de Nueva Zelanda, que será la invitada de honor de la feria en 2012, será en lengua maorí: «He meomoïa he ohorere» que se traduce como «mientras estáis durmiendo / antes de que amanezca donde vosotros».

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