Bera Bera no pudo pasar del empate en León, y de alguna forma se demuestra que el parón de la World Cup le hizo perder un poco el hilo de su prometedor inicio liguero. A pesar de la decepción, Bera Bera logró sumar un punto, y su entrenadora Reyes Karrere rebuscaba entre lo sucedido para extraer algún elemento aprovechable de cara a futuros partidos, subrayando que la Liga es como un maratón, que deben ir superando paso a paso.

El partido se les empezó a escapar a las donostiarras por su renqueante juego ofensivo. Al igual que la semana pasada ante el Mar Alicante, no conseguían dar continuidad a su circulación de balón, y el equipo lo acusó hasta trasladar su mal juego a la faceta defensiva. Pese a todo, Bera Bera dispuso de oportunidades para llevarse el partido, pero le faltó rematarlo cuando consiguió una ventaja importante mediada la primera parte, y después se enredó en la segunda cuando se sucedieron las alternativas en el marcador.

El colmo llegó en el minuto 53, cuando los árbitros excluían por segunda vez a Eli Pinedo, que protestó la sanción y fue descalificada por decir a uno de ellos «no te enteras de nada», según recoge el acta. Muy barato se está poniendo expulsar del campo a una jugadora, que tendrá que comparecer en la pista con la boca grapada para asegurarse de poder acabar el partido. Sin Pinedo, que estaba supliendo con acierto las bajas de las pivotes, Bera Bera se desinfló.

Cleba León, que no pudo alinear a su central Benzal por lesión, encontró en la portera húngara Fekete, la pivote rusa Ilina y la lateral montenegrina Mugosa a las jugadoras que le sostuvieron en el partido, hasta convertirse en protagonistas de un empate muy valioso.

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Al Kukullaga se le está haciendo muy cuesta arriba este debut en la División de Honor, y lo peor es que unas jugadoras sin experiencia en la categoría podrían venirse abajo ante la imposibilidad de sumar un punto. Ese es el principal rival con el que tienen que luchar primero las vizcainas, y aprovechar el nuevo paréntesis liguero para hacer un repaso de lo que ha pasado.

Una cosa es decir que la categoría es muy difícil, antes de jugar en ella, y otra vivir la experiencia de salir derrotadas partido tras partido, pero lo cierto es que las diferencias que establece la dedicación profesional -pese a que las contraprestaciones económicas sean muy raquíticas- de muchísimas jugadoras de esta categoría, y su enfrentamiento a amateurs como las vizcaínas, conduce a este tipo de situaciones.

A Kukullaga no le queda otra que superar su desánimo y ponerse a disfrutar, pero no a disfrutar perdiendo, sino luchando, con cabeza, con entrenamiento, con disciplina en el campo. Quizá no le sirva para ganar partidos inmediatamente, pero les permitirá progresar, y quizá en la segunda vuelta, o el año que viene, hayan mejorado lo suficiente como para competir en mejores condiciones.

Ayer mejoró su ataque, pero la experiencia de la primera línea levantina destrozó su defensa. Una lección más que aprender, y quedan unas más.