Steven Spielberg, asociado con Peter Jackson, se enfrenta al mayor desafío de su carrera. Esta vez le toca demostrar que puede vencer la ignorancia del público de EEUU, que desconoce los cómics del genio belga Hergé y apenas ha oído hablar de Tintín. Por dicho motivo, el estreno mundial de «Las Aventuras de Tintín: El Secreto del Unicornio» ha tenido lugar en Bruselas. Hasta que no se vea el funcionamiento de la película en el viejo continente no será distribuida en el mercado de Hollywood, al que llegará, de ir todo bien, en último lugar.

Otro tanto sucede con el proyecto en su conjunto, ya que será una trilogía siempre y cuando esta primera entrega dé unos resultados comerciales satisfactorios. De lo contario, se quedaría en un díptico, a tenor del acuerdo entre Spielberg y Jackson en cuanto a intercambiarse las tareas de dirección y producción en las dos primeras entregas.

De la línea clara al 3D

Hergé creó la primera aventura de Tintín en 1929, por lo que más de ocho décadas después no existe la posibilidad de ser fiel al espíritu original de la obra en su traslado a la gran pantalla. Steven Spielberg acudió a Peter Jackson consciente de ello, a sabiendas de que necesitaba de la compañía WETA del neozelandés para utilizar la técnica de «captura de movimiento», la única que hoy por hoy permite fundir la interpretación humana y la animación con unos resultados espectaculares, realzados para la ocasión mediante el rodaje con cámaras estereoscópicas de cara a la proyección en sistema 3D. A los puristas les podrá parecer una traición a la estética de Hergé y su línea clara, pero con «Las Aventuras de Tintín: El Secreto del Unicornio» la creación toma cuerpo y se hace cinematográfica.

La fotografía de Janusz Kaminski, atenta a los detalles realistas de la iluminación, dota a la cinta de una gran dimensión épica, hasta el punto de que supone el reencuentro con el mejor Spielberg, el mismo que triunfó en los 80. Ha realizado una obra maestra del cine de aventuras comparable a «En busca del arca perdida», equiparando a Tintín con Indiana Jones.