El riesgo de una nueva crisis en Líbano es inminente debido a las crecientes presiones sobre el primer ministro, Najib Mikati, para que el país siga financiando el Tribunal especial de la ONU que investiga la muerte en atentado del exprimer ministro Rafic Hariri.

La organización Hizbulah, el principal socio del Gobierno de Mikati, rechaza que Beirut financie al Tribunal y exige que ponga fin a la cooperación con una instancia que podría desestabilizar el país y ya ha inculpado a cuatro de sus miembros por la muerte de Hariri en 2005.

«La cuestión es muy engorrosa para Mikati, quien sufre grandes presiones internacionales. Pero si desafía a Hizbulah y apoya al Tribunal estaría firmando su sentencia de muerte política», recuerda Imad Salameh, profesor de Política en la Universidad libano-americana.

El pasado lunes, la potente organización chiíta de la resistencia libanesa reiteró su oposición a que Líbano pague los 35 millones de dólares que se le exigen. el 49% de su presupuesto.

Amenazas de EEUU

La llamada «comunidad internacional» muestra crecientes signos de impaciencia y EEUU ha amenazado con «graves consecuencias» si Líbano «no respeta sus compromisos». «Asistiremos en el corto plazo a un tour de force político sobre esta cuestión», augura Paul Salem, director del centro Carnegie para Oriente Medio, quien habla abiertamente de posibles sanciones a Líbano.

Beirut pagó su parte durante dos años bajo el Gobierno del prooccidental e hijo del ex primer ministro muerto, Saad Hariri. En enero, Hizbulah y sus aliados chiíes y cristianos derrocaron al Ejecutivo de Hariri y anunciaron el bloqueo de toda decisión sobre la financiación.

El Tribunal fue creado en virtud del capítulo VII de la carta de Naciones Unidas, que otorga carácter vinculante a las resoluciones del Consejo de Seguridad. El mandato del Tribunal expira en marzo y se teme que Hizbulah exija al primer ministro que no renueve el protocolo de cooperación con la Corte. En ese caso, «las Naciones Unidas estimarán que está entorpeciendo la justicia», asegura Mohammad Matar, experto jurista.

Compromiso

Hay expertos que esperan que Hizbulah acepte un compromiso, más cuando «sabe perfectamente que ninguno de sus miembros acusados será arrestado», señala Salem.

A ello hay que sumar que «lo que desean los países occidentales en un Líbano estable y no un nuevo frente. Mikati cuenta con ello y con que relajarán su presión sobre un dossier explosivo», apunta Salameh.