La oposición siria trata de dinamitar por todos los medios la mediación árabe
Justo cuando Damasco aceptaba el plan para una salida negociada, los opositores exigían a los mediadores, la Liga Árabe, que rompan relaciones con Siria. Sobre el terreno, 15 uniformados caían en dos emboscadas rebeldes y se filtraban razzias contra la minoría alauí.
GARA | DAMASCO
El Consejo Nacional Sirio (CNS), que agrupa a la mayor parte de las corrientes opositoras al régimen de Bashar al-Assad, instó a la Liga Árabe a expulsar a Siria de la organización de la que fue fundadora en 1945.
La petición del CNS coincide con la celebración de una reunión en El Cairo en la que Damasco aceptó el plan de salida a la crisis propuesta por la Liga Árabe, que se esperaba poder concretar un plan de salida a la crisis. Pese a ello, la oposición se adelantó para asegurar que el régimen habría respondido con «una escalada de la represión».
«El comportamiento sanguinario del régimen muestra que se ríe de los esfuerzos árabes para detener el derramamiento de sangre y evitar las ingerencias extranjeras. Sólo quiere ganar tiempo», aseguró el CNS, que instó a que la Liga Árabe lo reconozca como el «legítimo representante de Siria».
Creado en Estambul en agosto y presentado el 2 de octubre, el CNS agrupa a los comités locales de coordinación de las manifestaciones de protesta, a la oposición liberal, a los Hermanos Musulmanes y a algunas agrupaciones de las minorías kurda y asiria.
Oscuro suceso
La «escalada de la represión» a la que hace referencia el CNS incluye la muerte ayer de once obreros en un oscuro incidente en al provincia de Homs. El opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos se apresuró a asegurar que fueron masacrados por hombres armados «venidos de localidades prorrégimen». Activistas locales afir- maron, sin embargo, que fueron ejecutados al ser detenidos en un puesto de control e insistieron en que todos los masacrados eran suníes.
Y es que la autoría de esta masacre estaba lejos de ser clara. Testigos aseguraron que en realidad pertenecían a la comunidad alauí, religión que profesa el clan de los Al-Assad y que habrían sido masacrados por un grupo armado opositor. Cada vez son más frecuentes los ataques y emboscadas de opositores -y desertores- armados.
Emboscadas mortales
Quince miembros de las Fuerzas de Seguridad sirias murieron ayer en dos ataques armados en la provincia central de Hama, epicentro de la revuelta.
Siete soldados fallecieron al explotar una bomba al paso de su convoy. Otros ocho policías y milicianos prorrégimen murieron en el ataque armado a otro vehículo policial.
Ello no obsta, más bien al contrario, para que el régimen siga mostrando mano dura contra las protestas. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos manifestó que otras cinco personas cayeron bajo las balas de las Fuerzas de Seguridad en varios barrios de la ciudad de Homs.
La televisión pública siria difundió imágenes de una manifestación multitudinaria a favor del régimen de Damasco en la localidad de Raqqa, en el este del país . El lema de la marcha era «Dios, Siria, Bashar. Eso es todo».
El régimen sirio «ha aceptado sin reservas y en su totalidad» el plan de salida de la crisis presentado por los países árabes, anunció un portavoz de la Liga Árabe. En espera de la confirmación por parte de Damasco de su posición, ésta ya había sido avanzada por la mayoría de los medios de comunicación sirios.
Mientras se desarrollaba en su sede de El Cairo la reunión extraordinaria de la Liga Árabe sobre Siria, lo único que se ha filtrado es que el plan prevé un fin inmediato de la violencia y la retirada de los carros de combate del Ejército, a fin de «lanzar un mensaje tranquilizador a la población siria» para poder dar inicio a un diálogo nacional gobierno-oposición.
Las potencias occidentales no parecían dispuestas, sin embargo, a esperar al final de la reunión. La alemana Merkel pidió una condena más fuerte de Siria en la ONU, en lo que fue secundada por el turco Recep Tayyip Erdogan. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, exigió el «fin del asesinato de civiles». Diplomáticos occidentales aseguraron que el régimen estaría intentando «ganar tiempo, ya que espera que aún triunfe su opción militar para acabar con el conflicto». GARA
Las fuerzas de seguridad sirias detuvieron en la frontera a Wael Abbas, principal sospechoso del secuestro en marzo de siete estonios en el valle de la Bekaa, en Líbano, y lo entregaron a Beirut.