Hasta siete futbolistas en la enfermería
Con lo puesto para preparar el encuentro del Bernabéu
A la espera del estado físico de algunos jugadores, Mendilibar sólo cuenta con 17 de la primera plantilla.
Natxo MATXIN
No hubo sólo aspectos positivos en el meritorio triunfo rojillo frente al Levante. El choque contra los granotas también ha tenido su cara amarga, manifestada en sanciones y lesiones, que van a obligar a José Luis Mendilibar a devanarse los sesos para confeccionar un once de garantías de cara al envite matutino del Bernabéu. Sus problemas se han visto acrecentados, además, por la irrupción de nombres inesperados en el parte médico.
Nada menos que siete futbolistas aparecen en ese negro listado, lo que, unido a la decretada sanción de Álvaro Cejudo, trae consigo que el técnico de Zaldibar sólo pueda disponer de 17 hombres -14 de campo- de la primera plantilla para la cita madrileña. A día de hoy, está obligado a llamar a dos jugadores del Promesas para completar la lista y Roberto Torres, uno de los jugadores más en forma del conjunto dirigido por Miguel Merino y que ya debutase con el primer equipo de la mano de Ziganda, podría tener su oportunidad.
Aunque hay que esperar al pertinente examen médico, los dos futbolistas que se vieron obligados a retirarse en el primer tiempo del encuentro del pasado domingo -Marc Bertrán y Sergio- tienen escasas o nulas posibilidades de recuperarse a tiempo. Sus dolencias musculares no parece que vayan a ser leves y se prevé un periodo de recuperación de varias semanas, a la vista de anteriores episodios, ya bastante repetidos en el caso del central asturiano.
No por sabidas se trata de bajas menos significativas -Bertrán era el único miembro de la plantilla que había jugado todos los minutos y Sergio estaba siendo de lo más destacado en la zaga-, pues ambas ausencias tienen todavía mayor peso por tratarse de piezas de la línea defensiva, tan mermada en estos momentos en Osasuna.
Puñal, el último tocado
La plaga de contratiempos no acaba ahí, ya que la esperanza de que Lamah estuviese en el feudo merengue está en entredicho. De momento, el internacional belga entrenó ayer con el readaptador físico, lo mismo que Roversio, cuya vuelta a los terrenos de juego se aventura todavía prematura. Dependerá de lo que ocurra esta semana con la evolución física de ambos para determinar si se dispondrá de su concurso, especialmente importante en el caso de Lamah, tras confirmarse el partido de sanción impuesto a Cejudo.
Suma y sigue. Porque otra contrariedad es la situación de Patxi Puñal. El capitán no entrenó con el grupo y lo hizo por su cuenta, realizando carrera continua por uno de los campos de Tajonar. Su diagnóstico: sobrecarga en el piramidal izquierdo, un músculo ubicado en la zona de la cadera. En principio, y conociendo al uharterra, pondrá todo de su parte para llegar a tiempo al envite dominical, algo que se espera ocurra.
La situación incluso pudo ser peor, dado que Nino sufrió un fuerte golpe en su pierna izquierda durante la sesión matinal, pero el hecho no pasó a mayores. Se le aplicó hielo al delantero almeriense y el mejor síntoma de la poca trascendencia del lance es que su nombre no apareció en el parte médico.
Con todo ello, Mendilibar no podrá repetir el once que, por tercera jornada consecutiva, tan buenos resultados le había dado, sumando siete puntos de nueve posibles. Mínimo tres, las variaciones podrían irse hasta cuatro o cinco incluso, dependiendo también de la disposición táctica que esté pensando para contrarrestar el juego madridista, habida cuenta de que está muy fresco en el recuerdo la goleada del Camp Nou.
Parece claro que Damià y Miguel Flaño -menos opciones dispone a priori Rubén- pueden ser los relevos en la zaga, al haber sido las primeras opciones frente al Levante. Más dudas existen en lo referente a la medular, caso de que se reserve a Puñal. Calleja y Annunziata se disputarían el carril zurdo, con un Kike Sola a la expectativa en caso de modificar el dibujo.
El entrenador del Rayo Vallecano, José Ramón Sandoval, no podrá sentarse en el banquillo de El Sadar al ser sancionado con dos encuentros por el Comité de Competición tras expulsarle el árbitro en El Madrigal.
Osasuna debería materializar en el Bernabéu una dualidad que no siempre acaba casando bien: mantener en la medida de lo posible el estilo de juego propio, con ciertas variantes en función del rival. Al menos es lo que cree Damià Abella, uno de los que se presupone resultará beneficiado por la plaga de lesiones, ocupando el lateral derecho.
El futbolista catalán explicó que «nunca renuncias a tu manera de jugar, pero a veces tienes que valorar al rival que tienes enfrente», una consideración que tiene mucho sentido tras lo pacedido en el Camp Nou hace escasas jornadas. Recordado sobre tal marcador, aseguró que «son dos equipos enormes, pero que juegan distinto. El domingo hay que estar muy concentrados e intentar que no estén cómodos en el campo. Ahí puede estar el punto clave del partido».
El polivalente futbolista se confesó «resultadista», en especial en este tipo de encuentros, ante rivales de mucha mayor entidad. «Cuando vas a jugar a estos estadios sabes que tus posibilidades son pequeñas, pero siempre tienes alguna. Las pocas opciones hay que verlas como una luz a la que hay que ir. La pasada temporada perdimos 1-0 y estuvimos ahí, ojalá en ésta estuviese todo más igualado», analizó. «Si no haces nada y empatas a cero me iría satisfecho, pero si renuncias y te meten goles dirías que tenías que haber arriesgado más. Obviamente, para este partido soy resultadista», añadió.
«El cuerpo técnico valorará cuál es la mejor opción y nosotros acataremos lo que nos digan. A día de hoy no sé cómo plantearemos el partido de inicio», matizó. Lo que sí parece claro es que la escuadra navarra lo encara con cierto optimismo por los últimos resultados. «Está claro que afrontaremos el partido con soltura y confianza porque estamos convencidos del sistema del míster», concluyó. N.M.