El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ordenó ayer a las fuerzas de seguridad, incluido el Ejército, poner fin a las violentas manifestaciones que se produjeron en algunas localidades del país contra los resultados de las elecciones regionales y municipales del domingo.

Las protestas se sucedieron en más de una docena de ciudades del país, fuertemente militarizado desde hace décadas debido al conflicto armado que enfrenta al Gobierno con las guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN).

En el departamento del Cesar habría muerto un manifestante, según medios locales. En el departamento Atlántico, los manifestantes prendieron fuego al Ayuntamiento de Ponedera, según testigos citados por la prensa local. Las violentas protestas tuvieron lugar también en los departamentos del Valle del Cauca, Cudinamarca, Bolívar y Sucre.

Emboscada de las FARC

Sin salir de Colombia, un militar murió y cuatro más resultaron heridos el martes en una emboscada tendida por las FARC en la zona rural de la ciudad de Neiva, capital de Huila.

Los guerrilleros activaron una carga explosiva al paso del camión que transportaba a los uniformados, dijo el general Henry William Torres, comandante de la Novena Brigada del Ejército. En un comunicado, el oficial explicó que en el ataque perdió la vida un soldado profesional y resultaron heridos un oficial y otros tres militares.

En la reacción, las tropas lograron desactivar dos cargas explosivas más, agregó Torres, que atribuyó la emboscada al frente 66 de las FARC.