Europa League
Una sinfonía en precario
El Athletic, con Llorente y De Marcos, pero con las dudas de Javi Martínez y Amorebieta, quiere refrendar el pase en Salzburgo.
Jon ORMAZABAL
El Athletic ha viajado a Salzburgo, cuna de Mozart, con la firme intención de dar con las notas que le sirvan para cerrar la sinfonía de su pase a la siguiente ronda de la Europa League. Sin embargo, la orquesta de Marcelo Bielsa, que ha afinado perfectamente en sus últimos partidos, llega muy mermada por los problemas físicos a un auditorio complicado, un estadio de hierba artificial, donde tendrá que hacer frente a un equipo que ya le dio un buen susto en San Mamés en la última jornada.
Con tres puntos de ventaja sobre el PSG y el propio Salzburgo, una victoria en Austria, acompañada por un triunfo de los franceses al Slovan, aseguraría matemáticamente la segunda plaza y dejaría la primera muy bien encarrilada.
Siguen las dudas
En el apartado físico, las dudas del Athletic sobre el estado de los jugadores desplazados renqueantes de diversos contratiempos se centran principalmente en Fernando Amorebieta y Javi Martínez, dado que Fernando Llorente y Óscar de Marcos parecen seguros de partida y el técnico, Marcelo Bielsa, dio ayer por «disponibles» a Igor Gabilondo y David López.
El técnico argentino, no obstante, adelantó en la rueda de prensa previa al choque que los dos internacionales, «solo jugarán si están totalmente sanos». Precisamente uno de ellos podría ser el que completase un once que tiene diez jugadores casi fijos y podría disponerse sobre el terreno de juego con tres centrales ante la presencia en el equipo rival de dos delanteros centros, Roman Wallner y el gigante de 2,02 metros de estatura Stefan Maierhofer.
Bielsa ya optó por jugar con tres centrales en choques anteriores en los que los rivales, en esos casos Málaga y Villarreal, saltaron al terreno de juego con dos delanteros específicos. Aunque aún con esa variación en el sistema táctico, el conjunto rojiblanco comenzará el partido con «la idea inicial de siempre» de llevar la iniciativa en el juego. «Todos los partidos tratamos de jugarlos del mismo modo. Luego lo conseguimos o no, según lo que desarrollemos o lo que el rival nos permita, pero la idea inicial siempre es la misma».
En el Salzburgo, las principales novedades son las ausencias de Leonardo y Zárate, los dos sudamericanos de los austríacos y dos de sus mejores futbolistas en San Mamés, dos bajas, sin duda importantes.
El técnico argentino señaló que «no califico las decisiones de los árbitros, aunque comprendo que el Salzburgo esté molesto con el arbitraje de la ida en San Mamés».
El presidente rojiblanco confía en las opciones de su equipo y señaló que han viajado a Salzburgo «con la intención de ganarlo y sin hacer demasiadas conjeturas» sobre los puntos que les harán falta para asegurar el pase.
El Athletic se enfrenta esta tarde en Salzburgo a uno de los máximos exponentes de ese fútbol moderno, mercantilista, impersonal y cada vez más alejado de las verdaderas raíces de este deporte. Fundado en 1933 bajo el nombre de SV Austria Salzburg, el equipo ha cambiado de nombre en hasta tres ocasiones; SV Casino Salzburg en 1978 (momento en el que vivió su mejor época), SV Wüstenrot Salzburg en 1997 y finalmente Red Bull Salzburg en 2005, su actual nombre.
Esta última remodelación resultó la más traumática de todas, ya que la irrupción del magnate de las bebidas energéticas, que también tiene en su onda al Markranstädt SSV alemán, el antiguo Cosmos de New York, también rebautizado, y planea su entrada en el Standard de Lieja, trajo consigo cambios tan impopulares como el cambio de colores del club, dejando a un lado el histórico violeta para adquirir los colores corporativos, renunciando a los símbolos pero apropiándose de su estructura y su palmarés. Durante estos últimos años, seguidores del Salzburgo y de otros equipos han criticado duramente esta política del rival del Athletic.
Además, como varios de los grandes europeos, el equipo de la ciudad austríaca también controla varias escuelas de fútbol en las barriadas más pobres de Brasil y Ghana, magníficos viveros para poder importar futuras estrellas al mercado europeo. J.O.