El Gobierno colombiano saca pecho tras la muerte del líder de las FARC
El Gobierno colombiano anunció a bombo y platillo la muerte en un enfrentamiento con el Ejército del líder de las FARC, Alfonso Cano. El presidente, Juan Manuel Santos, afirmó que se trata del «golpe más contundente de la historia» contra la guerrilla, aunque instó a «no ser triunfalistas». El operativo, con bombardeo incluido, comenzó hace días en el departamento del Cauca, intensificándose el viernes por la mañana. En él participaron entre 800 y 1.000 efectivos.
Ainara LERTXUNDI | DONOSTIA
El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, afirmó ayer que la muerte del líder de las FARC, Alfonso Cano, «es el golpe más contundente que han recibido en toda su historia». No obstante, llamó a la cautela y a «no ser triunfalistas hasta lograr un país en paz donde todos podamos trabajar por un futuro mejor».
Santos añadió que el único camino que le queda a la guerrilla es la disolución. «El crimen no paga, la violencia no es el camino, desmovilícense y, si no lo hacen, terminarán en una cárcel o en una tumba», insistió.
También agradeció «de corazón la fortaleza y coraje» del Ejército, que «devuelve al país la fe en el futuro».
El operativo terrestre y aéreo comenzó hace días en el departamento del Cauca, intensificándose el viernes. «A las 8.00 hora local -las 14.00 en Euskal Herria-, tras un bombardeo en una zona montañosa del Cauca, -al suroeste del país-, cayeron algunos miembros de la estructura de seguridad de Cano y su aparente compañera sentimental, y fue capturado su jefe de seguridad», detalló el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón.
En esa primera incursión, añadió, sólo hallaron algunos bienes personales de Cano. En una segunda fase de la operación terrestre, patrullas militares especiales atacaron el anillo de seguridad del dirigente guerrillero, a quien dieron muerte «en una situación de combate y persecución», que se habría prolongado durante diez horas, según la versión oficial. Pinzón señaló que encontraron «siete computadores, cerca de 39 USB, 24 discos duros, una ametralladora punto 50, una M-60 y 196 millones de pesos en efectivo -cerca de 84.000 euros-».
Las reacciones a la noticia no se hicieron esperar. Los kioskos colgaron en sus escaparates las portadas de los principales periódicos en los que se mostraban imágenes de archivo de Cano así como una fotografía en primer plano de su cadáver, divulgada por el Gobierno.
El ex presidente Andrés Pastrana, que entre 1999 y 2002 encabezó un proceso de diálogo con las FARC, sostuvo que «sólo le quedan dos caminos: continuar con esta guerra o sentarse a pensar en un proceso de paz».
Alfonso Cano, cuyo nombre real es Guillermo León Sáenz Vargas, asumió la jefatura de las FARC tras la muerte en marzo de 2008 del fundador de la guerrilla Manuel Marulanda.
Nacido en Bogotá en 1948, militó en la Juventud Comunista, en el Movimiento Bolivariano y en la Coordinadora Continental Bolivariana.
Reconocido líder estudiantil, estuvo 18 meses preso en 1981 tras un registro a su vivienda. En 1983 quedó en libertad tras la amnistía que declaró el entonces presidente Belisario Betancur. Fue entonces cuando se fue a las montañas incorporándose a la guerrilla. En dos ocasiones, encabezó la mesa negociadora de las FARC con el Gobierno. Fue bajo el mandato de César Gaviria en dos reuniones celebradas en Caracas, en 1991, y en Tlaxcala (México), un año después.
Aunque durante el proceso de paz con el Ejecutivo de Andrés Pastrana mantuvo un perfil bajo, hay fotografías de ambos hablando en uno de los encuentros que mantuvieron emisarios del Gobierno y la guerrilla.
Poco antes de la investidura del presidente Juan Manuel Santos, en agosto de 2010, Cano divulgó un vídeo en el que le instaba a dialogar en busca de una salida pacífica al conflicto.
En declaraciones a la cadena Telesur, el politólogo Medófilo Medina afirmó que no ve ninguna perspectiva de avanzar hacia la paz en la reacción del Gobierno. «La alternativa de la paz no la veo, incluso en estas horas de gran actividad informativa. Las voces oficiales transmiten el mensaje de desmovilización, entrega, estímulo a las deserciones, sin embargo, no veo el término de negociación o salida pacífica al conflicto», subrayó. GARA
