«Cuba no es un mercado convencional y hay que saber trabajarlo»

Llegó a Cuba hace dos años y medio, en momentos difíciles, tanto por situaciones ajenas a las funciones comerciales de la SPRI como por la crisis. Hoy, la representación oficial vasca en La Habana ha retomado su pulso normal y las relaciones económicas muestran resultados consolidados.

¿Que funciones cumple la SPRI en Cuba?

En un organismo dependiente del Departamento de Industria, Innovación y Comercio del Gobierno Vasco y, partiendo de esa dependencia, tiene un enfoque eminentemente empresarial e industrial. En Cuba, donde llevamos ya más de 12 años con oficina abierta, los objetivos son dar cobertura institucional a la presencia de empresas vascas y apoyarlas en la medida que sea posible. Los servicios de SPRI los demandan esencialmente las empresas nuevas. Las que llevan ya un tiempo largo, en general, no precisan de nuestro apoyo.

¿Cómo valora el trabajo realizado en estos últimos dos años y medio?

Los momentos iniciales fueron difíciles, porque vine en unas circunstancias traumáticas para la oficina, y en un contexto internacional de crisis, por lo cual tuve que lidiar con una situación delicada. Yo hago una valoración positiva porque hemos conseguido una recuperación de la interlocución, superando las dificultades iniciales, tanto con la parte cubana como con la vasca, hasta normalizar y estabilizar nuestro trabajo, que es que una empresa vasca, cuando está en Cuba, pueda pasar por la oficina para lo que necesite.

¿Qué impresiones tiene de las relaciones comerciales vasco-cubanas?

Todo indica que la situación ha mejorado mucho respecto al año pasado. En estos momentos, la deuda pendiente está o totalmente pagada o en proceso de liquidación. En el tema financiero soy especialmente optimista. Raúl Castro dijo que para fines de año quería tener esa deuda totalmente saldada, y yo creo que va camino de hacerlo en un plazo razonable. Hay una firme voluntad política y este año está siendo bueno para Cuba en los principales capítulos de ingresos de divisas.

Entonces, considera que los volúmenes de exportaciones vascas deben aumentar para el próximo año.

La empresa vasca pienso que tiene buenas posibilidades de inserción, por su enfoque eminentemente industrial, en los sectores actualmente priorizados por el Estado cubano. Por lo tanto, soy optimista de cara al año que viene.

¿Qué aconsejaría a las empresas vascas interesadas en Cuba?

El mercado cubano es un espacio con bastantes posibilidades pero hay que trabajarlo. No es un mercado convencional de llegar y empezar a operar, exige una primera fase paciente de ir recorriendo las formalidades legales. Además, la relación directa con el cliente es especialmente importante, más que el catálogo en sí. Hay que sembrar antes de concretar operaciones. La empresa vasca que viene a Cuba tiene que asesorarse respecto a los contratos y la parte financiera. J.M. ARRUGAETA