El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, afirmó ayer en un comunicado que no tiene intención de dimitir y que continuará su «batalla».

«Corren chismes y cotilleos sobre la dimisión del Gobierno, pero siento desilusionar a los nostálgicos de la Primera República (como se conoce la etapa que va de 1946 a 1994), donde los gobiernos duraban once meses, pero la responsabilidad ante mis electores y ante el país me imponen a mí y a mi Gobierno continuar esta batalla por el civismo que estamos realizando en este difícil momento de crisis», se lee en la nota.

Todas las fuerzas de la oposición continuaron ayer pidiendo la dimisión de Berlusconi «por el bien del país» y el Partido Demócrata reunió a decenas de miles de personas en la Plaza de San Juan de Roma en una concentración para pedir al mandatario que «se marchase a casa».

Miles de italianos, convocados por el opositor Partido Demócrata, se manifestaron ayer en Roma bajo el lema «la Constitución italiana, la más bella del mundo», para pedir la dimisión de Berlusconi. «Silvio, ¡márchate!» o «Cuanto antes le pongamos en la puerta, mejor será», fueron algunas de las pancartas que exhibieron los manifestantes, que se concentraron masivamente frente a un escenario adornado con los colores de la bandera italiana (verde, blanco y rojo). Los cánticos más repetidos por los manifestantes fueron los de «vergüenza» y «dimisión».

Muchas de las pancartas exhibidas reaccionaron a las declaraciones de Berlusconi la víspera en Cannes, durante la cumbre del G-20, en las que el mandatario afirmó que la crisis en su país «no es fuerte» porque «todos los restaurantes y los aviones están llenos». «Yo voy al restaurante, pero para fregar los platos», decía una de ellas. Se podía ver también un muñeco con la cara de Umberto Bossi, jefe de la Liga Norte y socio clave del Gobierno, con un mensaje al cuello que decía: «Silvio, cámbiame el pañal».

Según indican los medios italianos, el secretario del partido PDL, de Berlusconi, Angelino Alfano, y el coordinador nacional, Denis Verdini, acudieron en la noche del viernes a la residencia romana del primer ministro para informarle de que los diputados de la coalición gubernamental se han reducido a 306 y, por tanto, que no tiene la mayoría.