El Estado de Israel puso ayer en libertad a seis de los veintisiete pasajeros y tripulantes de dos barcos, un irlandés y otro canadiense, detenidos el viernes tras haber intentado romper el bloqueo israelí de la Franja de Gaza con una flotilla, según informó un portavoz del Ministerio de Interior.

Comandos de la Marina israelí abordaron el Saoirse («Libertad» en gaélico) y Tahrir («Liberación» en árabe) cuando se dirigían a Gaza. Los barcos fueron interceptados y escoltados el viernes por la noche al puerto israelí de Ashdod, al sur de Tel Aviv.

Entre las seis personas liberadas figuran dos tripulantes griegos, tres periodistas y un palestino con nacionalidad israelí. Los otros veintiún activistas siguen detenidos cerca de Tel Aviv. El procedimiento de expulsión tardará al menos 72 horas. Entre estas personas figuran catorce irlandeses, así como ciudadanos de Canadá, Gran Bretaña, Australia y EEUU.

Los dos barcos habían zarpado de Turquía con esas veintisiete personas a bordo (incluidos cinco periodistas) y 30.000 dólares en medicamentos, y tenían como consigna no oponer resistencia a la Marina israelí.

UNESCO y el chantaje

Entretanto, continúan las reacciones al último chantaje del tándem EEUU-Israel a la ONU. La UNESCO no atraviesa una «crisis» financiera debido a la suspensión de la financiación de EEUU, afirmó ayer su directora general, Irina Bokova, tras reunirse con la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff. «No es una crisis. Son dificultades que superaremos», respondió Bokova a la prensa interrogada sobre cómo cubrirá el déficit que supone la falta de fondos que EEUU debía entregar antes de fin de año. Bokova dijo que «hemos recibido un fuerte respaldo de Brasil. La presidenta declaró que la decisión de la UNESCO sobre la admisión de Palestina era muy bienvenida para Brasil pues el pueblo palestino tiene derecho».