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Champions League

Itxako se clasifica con el plan B

La fantástica actuación de Navarro, y los goles de Martín y Zebic en la segunda mitad, doblegaron a un correoso Dinamo Volgograd.

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ITXAKO 28

DINAMO VOLGOGRAD 26

Juan Carlos ELORZA

Itxako vuelve a meterse entre los ocho mejores equipos del continente, aunque tuvo que sufrir lo indecible para superar al Dinamo, que se presentó en Lizarra dispuesto a plantar cara y no dejó de luchar ni un segundo durante todo el partido.

Los planteamientos defensivos iniciales de ambos equipos determinaron el curso del juego. El Dinamo se cerró en un 6:0 con dos torres centrales (Pidpalova -1.90- y Makeeva -1.82-) dispuestas a hacerle la vida imposible a la primera línea navarra, secar a Barbosa y cerrar el camino a las conexiones con la zona de pivote, y lo consiguieron en buena medida. Enfrente Ambros Martín ordenaba una presión constante sobre Levina -primero Barbosa y luego Tervel-, la central que da algo de pausa y modera los instintos lanzadores compulsivos de Kochetova y Khmyrova, y de alguna forma ambos equipos tuvieron que adaptarse a su plan B.

Durante el primer cuarto de hora el Dinamo se propuso rematar a toda velocidad en cada acción ofensiva, tanto si eran contrataques como ataques en posición (aunque lo cierto es que apenas daba tiempo a situarse), mientras Itxako sufría porque Barbosa no acertaba en sus primeros lanzamientos -una vaselina al larguero, un lanzamiento en suspensión parado por Sedoykina, un blocaje de Pidpalova que la ucraniana celebró alborozada...-. El plan ruso daba resultado, y Avdekova lo completaba con una agresiva defensa sobre Carmen Martín, aunque demostraba conocer poco a la roqueteña, que lejos de amilanarse se fue creciendo.

Navarro, y dos penaltis forzados por Barnó, permitieron a Itxako aguantar hasta el minuto 15 (7-7), cuando los árbitros iniciaron un ciclo de cinco exclusiones seguidas al equipo ruso -justas, aunque también Itxako mereció alguna más que no se le señaló-, que jugó diez minutos con una menos -e incluso dos a la vez-. Cuando se recuperó la igualdad numérica el marcador señalaba 14-9, pero la prueba de la fuerza de voluntad rusa fue contundente: en cuatro minutos igualaban a 14, y demostraban que iban a por todas.

La primera jugada tras el descanso fue una frivolité de Zebic intentando un pase por la espalda a Agirre, que perdió. No era un inicio esperanzador, pero la croata se encargó de enmendar su error con una gran segunda parte, y firmó dos goles de vaselina desde el extremo que Sedoykina tardará en olvidar.

Con el 6:0 ruso maniatando a las lanzadoras navarras -Barbosa marcó su primer gol en juego en el minuto 40- y a su pivote -el recurso de Tervel tampoco funcionó-, y Navarro haciendo lo propio con la primera línea rusa, desesperada ante la sucesión interminable de paradas de la valenciana, otras jugadoras se convirtieron en protagonistas de la fase decisiva del partido.

Por parte rusa los contrataques de la extremo zurda Iatsenko y los lanzamientos de Khmyrova le permitieron mantener las distancias durante un cuarto de hora, hasta que Khmyrova se rompió la rodilla izquierda y tuvo que abandonar el campo para no volver. Itxako se apoyaba en la inmensa labor de Navarro en la portería, y la suerte del partido iba quedando en manos de sus dos extremos, Zebic y Carmen Martín, que dieron un recital de sangre fría -la croata, con sus vaselinas que minaron la moral de Sedoykina-, y de sangre caliente -la almeriense, que remató furiosa desde el extremo y no se dejó intimidar en los dos penaltis que lanzó en los dos últimos minutos-. El Dinamo echó el resto para acercarse del 26-22 al 26-25, pero los dos penaltis de Martin sellaron la victoria.

Silvia Navarro pudo con el carrusel de remates rusos

Silvia Navarro mide 170 centímetros. No es mucho para una portera en el balonmano actual. Su rival de ayer, Sedoykina, mide 183. Las porteras grandes, el día que les da por parar, siembran el terror por aquello de que las lanzadoras «no ven portería». ¿Y las pequeñas, qué hacen para comer la moral a las lanzadoras? Lo que pueden, y Navarro puede mucho. Ayer paró 30 lanzamientos -17 en la primera parte, 13 en la segunda- de los 61 que lanzaron las rusas, incluyendo uno de portería a portería que su colega Sedoykina trató de colarle pensando que estaba despistada. ¿Despistada Silvia? Ya. Se las sabe todas, y quizá ese sea su mejor recurso. A Kochetova y Khmyrova, las dos laterales, las tenía caladas. Las dos ametralladoras de la primera línea rusa, máximas goleadoras del Dinamo, se hartaron de tirar una y otra vez, con el modesto balance de tres goles por cabeza. Pero si un detalle definió el control mental de Silvia Navarro ese fue al final del primer tiempo, con el reloj a cero, 15-14 en el marcador y penalti a favor del Dinamo. Su especialista, la ucraniana Borshchenko -que ya le había marcado dos a Milenkovic, y cinco más a Itxako en Volgogrado, sin fallo- se situó para lanzar. Navarro se colocó sobre la línea -pareciendo más pequeña aún-... Y le ganó el duelo.

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