El Gobierno de Lakua y las diputaciones y ayuntamientos de la anterior legislatura fijaron el 10 de noviembre como «Día de la Memoria». Aseguraron que en esa fecha no había ninguna víctima. El dato desnudó su parcialidad. Mikel Arregi, concejal de HB de Lakuntza, murió ametrallado en un control de la Guardia Civil en 1979 en tal día como ese. Es más, cuando se anunció el acuerdo, un 24 de mayo, el entonces presidente de Eudel, Jokin Bildarratz, recordó el aniversario de las muertes de Santiago Oleaga, dos guardias civiles y un ertzaina a manos de ETA. Ni él ni ningún otro representante institucional se acordó de Mikel Merkelanz, taxista de Irun al que el BVE descerrajó dos tiros en la cabeza otro 24 de mayo.

Pese a todas esas lagunas, un año después, ayer representantes institucionales de Bildu, incluido el diputado general de Gipuzkoa, Martin Garitano, participaron en actos convocados por diputaciones y juntas generales. Y lo hicieron para reivindicar la memoria de todas las víctimas. Bildu recuerda que «todos sabemos lo que ha hecho ETA porque siempre ha reivindicado sus actos». Por contra, denuncia que el Estado no ha asumido su responsabilidad en el conflicto y pretende deslegitimar cualquier «relato» distinto al suyo. Bildu proclamó que su objetivo es «la convivencia».

El paso adelante dado por Bildu apenas encontró acompañamiento en otros sectores. El PP, encastillado en no reconocer más víctimas que las «del terrorismo», incluso originó un incidente en el Parlamento de Gasteiz. Y el PSE, dispuesto a aceptar actuaciones individuales ilegítimas e ilegales de agentes del Estado -algo que rechaza el PP-, está lejos todavía de admitir la responsabilidad del Estado mismo en esas acciones.

Hubo representación de Bildu en el acto de JJGG de Gipuzkoa, en el organizado por la Diputación de Bizkaia y también en el que promovió la de Araba, así como en varios ayuntamientos.

La jugarreta de Quiroga

A las 9.45 se realizó el primer recuerdo de la jornada. Junto a la entrada del Parlamento de Gasteiz se dieron cita representantes de todos los grupos con la intención de realizar un homenaje dirigido a recordar a todas las víctimas: las de ETA, las del GAL y el BVE, y las llamadas «de motivación política».

El acto transcurrió con normalidad hasta que la presidenta de la Cámara, Arantza Quiroga, colocó la corona de flores. Ante la sorpresa de propios y extraños, los allí presentes comprobaron que la corona encargada por la dirigente del PP llevaba una cinta en la que se podía leer el lema «En recuerdo de las víctimas del terrorismo».

Esta situación despertó el malestar de las formaciones abertzales presentes en el «lamentable» homenaje. Como respuesta a la corona de flores colocada por Quiroga, los representantes de PNV, Aralar, EA y EB optaron por colocar un segundo ramo. Una nueva ofrenda, sin ninguna inscripción, con la que recordar a todas las víctimas.

Por su parte, el PSE, tercero en discordia, optó por no sumarse a este segundo homenaje para no entrar en «polémicas». Tras las ofrendas, el secretario general del grupo parlamentario, Óscar Rodríguez, admitió que sentía tristeza por lo acontecido y aseguró que su formación desconocía la inscripción. En su opinión, la inclusión del lema deberá ser explicado por la persona que dirige el Parlamento de Gasteiz.

Las críticas más duras fueron pronunciadas por el portavoz de EA en la Cámara, Juanjo Agirrezabala, para quien el Día de la Memoria «del PP recuerda sólo a las víctimas de ETA y desprecia a las víctimas del terrorismo de Estado, a las de la tortura, a las de la Policía y la Guardia Civil».

Las definiciones de López

Al margen de lo ocurrido en el Parlamento, los miembros del Gobierno autonómico se reunieron en los jardines de Ajuria Enea. Allí, el lehendakari, Patxi López, leyó un comunicado en el que -como avanzó GARA- además de a las víctimas de ETA, el BVE o el GAL, se menciona también, «sin equiparaciones de ningún tipo», a «todas las personas que sufrieron violación de derechos humanos por parte de algunos funcionarios del Estado».

La amplitud de Garitano

Morir, querer, matar... En las décadas de enfrentamiento armado padecido en Euskal Herria hay ejemplos paradójicos para todos los gustos. En este contexto, Martin Garitano sí recordó ayer a Mikel Arregi y también a quienes le mataron.

Pero en lugar de parcelar el recuerdo, optó por hacer pública su voluntad de «trabajar por actos de recuerdo a todas las víctimas de todas las violencias que en este país hemos padecido», algo que en esta ocasión «no ha sido posible».

Como hicieron otros cargos institucionales de Bildu en actos similares que se llevaron a cabo a lo largo de la jornada de ayer, el diputado general de Gipuzkoa expresó su esperanza de que «en un futuro podamos consensuar y ponernos de acuerdo entre todos» sobre esta cuestión.