Mikel INSAUSTI Crítico cinematográfico
Conducción temeraria
Estoy empezando a pensar que los publicistas son unos incomprendidos, que son los nuevos mártires de la censura pública. Las autoridades no dejan de prohibir carteles de cine, todos ellos de apariencia inofensiva, pero que por alguna razón son juzgados como peligrosos. Cuando vi el cartel de «Larry Crowne, nunca es tarde» me pareció de lo más tierno, así que me cuesta creer que haya podido ser objeto de una multa.
A nadie escapa que la imagen de Tom Hanks y Julia Roberts montados sobre un scooter es un homenaje cinéfilo a Gregory Peck y Audrey Hepburn en «Vacaciones en Roma». Transmite, por tanto, una idea retrospectiva, relacionada con los años 50, cuando se podía pasear en Vespa libremente y el casco no era obligatorio.
En la DGT no lo han entendido así, y de ahí que hayan multado a la distribuidora de la película de Tom Hanks con una sanción económica de 30.000 euros. Ellos podrán decir lo que quieran, pero no cuela que una pareja tan políticamente correcta esté incitando a la conducción temeraria por parte de los jóvenes.
Más allá del consabido afán recaudatorio no se adivinan otras razones de peso para castigar a una película que, para colmo, no ha ido bien comercialmente. Los espectadores no se dejaron engañar por su mensaje neoliberal, según el cual la crisis tiene una lectura positiva como revulsivo para los emprendedores y buscadores de nuevas oportunidades.
Sólo en la DGT se han creído el rejuvenecimiento del protagonista, que vende el coche para comprarse una moto y sentir el viento en la cara. Debería haber ido a la Universidad caminando.