El pasado 23 de octubre, a la una de la madrugada, Ignacio Polo Múgica (hijo del concejal de Seguridad Ciudadana de Iruñea, Ignacio Polo) fue parado en un control de alcoholemia en la calle Amaya. Polo superó la etilometría, con un resultado de 0,00, pero los agentes de la Policía Municipal sospecharon que podría encontrarse bajo la influencia de otras sustancias, por lo que decidieron realizarle una «prueba indiciaria» de detección de drogas. El taxista dio positivo para THC (sustancia psicoactiva de la marihuna), speed y cocaína.

Los agentes llevaron al taxista, que se encontraba trabajando, hasta dependencias policiales dado que la prueba que le realizaron indica que se ha consumido sustancias ilegales, pero no mide exactamente la cantidad. No obstante, tal y como consta en las diligencias del caso, resultó «imposible analizar el cartucho al no funcionar correctamente el analizador de drogas» que hay en el cuartel de la Policía Municipal. Según han explicado a este periódico fuentes enteradas de lo ocurrido, la Policía Foral tiene otro analizador, que tampoco pudo emplearse. Por otro lado, esas mismas fuentes comentan que al día siguiente el analizador de la Policía Municipal funcionaba a la perfección. Finalmente, su muestra de saliva se precintó y se llevó a analizar a un laboratorio catalán. No se ha vuelto a tener noticia de los resultados.

El fallo registrado en el analizador esa noche podría deberse a una casualidad. No obstante, no es la primera vez que este taxista se salva de una retirada de carné de forma sorprendente y bajo la sospecha de la intercesión de mandos de la Policía Municipal, cuando no de su propio padre.

En 2001, al igual que en esta ocasión, Ignacio Polo era el jefe de la estructura de la Policía Municipal. Apenas tres meses después de tomar las riendas del área de Seguridad Ciudadana, su hijo fue interceptado por dos agentes de dicho cuerpo que integraban una patrulla móvil. El dato de que no fuera un control rutinario hizo pensar que se le paró después de hacer una maniobra extraña o tras una persecución. Una vez parado el vehículo, se sometió al hijo del edil a una etilometría, en la que dio positivo (0,33 miligramos en aire aspirado). Asimismo, los agentes encontraron drogas en su coche. En consecuencia, los agentes elaboraron dos denuncias: una por conducir bebido y otra por tenencia de drogas. Pero la denuncia por exceso de alcohol jamás llegó a Tráfico ni al juzgado, lo que hubiera conllevado la retirada de carné.

Ese caso generó mucha polémica en la prensa y contestación en el Pleno iruindarra. El Ayuntamiento alegó que errores como ése se producían de forma sistemática. Sin embargo, la denuncia a este taxista fue tramitada por su propio padre, en un procedimiento irregular. Cabe remarcar que Polo se ocupó de ambas denuncias y que la de drogas sí fue tramitada.