Los mercados, de la mano de Berlín, tumban gobiernos y aúpan tecnócratas
La presión de los mercados financieros sobre la deuda pública de los países de la zona euro está haciendo caer, uno tras otros, los gobiernos a la vez que se coloca al frente de ellos a tecnócratas que aseguren la aplicación de las medidas de ajuste que reclaman. Alemania dirige la tendencia, que llevará al economista Lucas Papademos al frente de un nuevo Ejecutivo en Grecia y, probablemente, al ex comisario europeo Mario Monti, al de Italia.
GARA | BRUSELAS
La crisis de la deuda europea actúa como un rodillo político que hace caer uno tras otro a los gobiernos, atrapados entre la presión de los mercados para que acentúen los recortes y la impopularidad de las políticas de ajuste. El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, que anunció el martes su dimisión, ha sido la víctima más destacada de la crisis que sacude la zona del euro desde hace dos años.
Desde 2010 la crisis, de una forma o de otra, con dimisiones o elecciones anticipadas, se ha llevado por delante diez gobiernos europeos.
Berlusconi ha aguantado innumerables escándalos por corrupción o por su modo de vida, pero han sido los mercados y, en su nombre, los otros países europeos, los que han hecho caer al Cavaliere.
Dos días antes, su homólogo griego, Yorgos Papandréu se había visto obligado a hacerse a un lado. Y previamente, ejecutivos de derecha o de izquierda han tenido que irse en Portugal, Irlanda, Gran Bretaña, Hungría, Dinamarca, Eslovaquia o Eslovenia. El español lo hará próximamente tras haberse visto obligado a adelantar las elecciones legislativas.
En otros países de la zona del euro, como el Estado francés y Holanda, los gobiernos se enfrentan a una pérdida de confianza que les anuncia una difícil papeleta electoral.
En Alemania, la canciller Angela Merkel todavía no es tan impopular como sus homólogos, pero se mantiene gracias a un voto negativo del Parlamento, ante el que tiene la obligación de presentar las decisiones importantes sobre la crisis de la deuda.
La crisis financiera y económica se ha convertido también en institucional y amenaza con derrumbar la precaria construcción europea. «Podría durar aún dos años pero sus implicaciones económicas permanecerán durante los próximos diez o quince años», según Jan Techau, director del centro de estudios Carnegie Europe, que advierte sobre todo del ascenso del populismo por el desprestigio de los políticos tradicionales, sobre todo en Hungría, Dinamarca, Holanda o el Estado francés. Pero a la vez, los ciudadanos reclaman a sus dirigentes programas serios y creíbles» que no ofrecen los movimientos populistas, subraya Giuliani.
Pero lo que los mercados están imponiendo en estos países no es lo que más necesitan los ciudadanos sino tecnócratas alejados de cualquier compromiso con sus ciudadanos para aplicar sin remilgos los recortes impuestos desde la UE-Berlín, por lo que la mención de un referéndum, como en Grecia, desata el pánico.
De hecho, la oposición en Portugal e Irlanda había criticado duramente las políticas de austeridad puestas en marcha pero las aplicado con mayor dureza y lo mismo se disponen a hacer en Grecia, en el gobierno de unidad nacional, o en el Estado español. También Italia busca la bendición de los mercados con la formación de un gobierno de unidad nacional.
El FMI presiona en el mismo sentido. Su directora general, Christine Lagarde, pidió una «clarificación política» en Roma y Atenas, para favorecer «la estabilidad. Lo mismo hizo la canciller alemana, Angela Merkel. Lagarde señaló que el FMI pone su «experiencia y saber hacer al servicio de una vigilancia presupuestaria de Italia a un ritmo trimestral».
Italia, tercera economía de la zona del euro, tiene una deuda de 1.900 millones de euros (el 120% del PIB) y su quiebra arrastraría a toda la zona euro, ya que (sigue en la página 30) el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FESF) no puede hacer frente ese escenario como lo hizo con Grecia o Irlanda. Lagarde, de visita en China, pidió además mayor implicación de Beijing en la ayuda a la eurozona.
Papademos en Grecia
La clarificación política que exige Lagarde se ha traducido en Grecia en la designación del ex vicepresidente del Banco Central Europeo Lucas Papademos para que forme un nuevo gobierno que sustituya al de Papandréu.
Los líderes de los partidos -desde el PASOK a la extrema derecha que formarán el nuevo ejecutivo- convinieron que «la misión del gobierno es poner en marcha las decisiones de cumbre de la zona euro del 26 de octubre». Aún no se ha concretado la fecha de las elecciones que demanda la derecha.
En Italia, la «clarificación política» se llamará probablemente Mario Monti, el ex comisario europeo de Competencia, que fue nombrado el miércoles senador vitalicio. fue interpretado por los analistas como una señal por parte del presidente italiano, Giorgio Napolitano, del camino que hay que seguir cuando Berlusconi presente su dimisión, ya que, de este modo, además de ser un tecnócrata Monti será también un parlamentario.
Mario Monti en Italia
Bajo la presión del FMI, la UE y los mercados, el presidente de la República, Giorgio Napolitano, ha asumido así sus «sugerencias» y ha intervenido para acelerar el proceso político.
«Italia hace frente a momentos difíciles y tiene retos particularmente delicados para remontar la crisis. Europa espera con urgencia señales importantes. Estaremos a la altura de la tarea», declaró solemnemente.
Con la intervención del jefe del Estado, el habitualmente lento Parlamento italiano adoptará en un tiempo récord las medidas presupuestarias y las reformas estructurales prometidas a la UE: primera votación hoy en el Senado y luz verde definitiva el fin de semana en la Cámara de diputados.
Inmediatamente Berlusconi presentará su dimisión a Napolitano, que podrá nombrar a Monti. En medio de la expectación por el nuevo gobierno, Napolitano le le felicitó ayer por su nombramiento como senador vitalicio y le pidió que no abandonara el país.
Pero Monti aún debe asegurarse una mayoría suficiente. Berlusconi le ha ofrecido su apoyo personal deseándole «un trabajo fructífero en el interés del país», pero debe convencer a su propio partido en el que algunos irreductibles, al igual que sus socios de la Liga Norte, reclaman elecciones anticipadas. La Liga Norte ya ha anunciad o que no apoyará a Monti. (Más información en la página 34)
La crisis política europea hace que la extrema derecha vaya viento en popa y sus tesis encuentren eco entre menores de 30 años, según un estudio del centro de reflexión británico Demos. «Mientras muchos estados europeos tienen puestos los ojos sobre su economía, se prepara otra crisis de confianza. En toda Europa, los jóvenes se sienten abandonados por los partidos tradicionales y muestran simpatía por grupos populistas», advierte Jamie Bartlett, autor del informe. El estudio basado en respuestas obtenidas en Facebook de casi 11.000 simpatizantes de extrema derecha en once países, muestra que cada vez más personas se identifican con la visión del aumento del número de musulmanes como una amenaza. «Han perdido la fe en su gobierno, las instituciones europeas y el sistema judicial», indica Demos. «A sus ojos, los principales partidos políticos han perdido el contacto con la realidad, son incapaces de responder a las dificultades que encuentran cada día en su vida», resume Bartlett. Añade que «hay que tomar en serio» sus inquietudes y los responsables políticos «deben responder». GARA
La Autoridad de los Mercados Financieros francesa inició a ayer una investigación sobre las circunstancias en las que se difundió un comunicado sobre una rebaja de la calificación de la deuda pública de el Estado francés por parte de la agencia Standard&Poors, que alegó que se debió a un «error técnico».
La Unión Europea ve insuficientes los ajustes que anunció Berlusconi en una carta dirigida a los líderes europeos en la cumbre del Eurogrupo del 27 de octubre, y reclamó más reformas además de la aceleración de las medidas previstas con el fin de que Italia recupere la confianza de los mercados.
El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, se reunirá hoy en Roma con el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, en una cena de trabajo para abordar la crisis de deuda.
El presidente estadounidense, Barack Obama, se sumó a las presiones. Se felicitó del nombramiento de Papademos para que ponga en marcha las reformas en Grecia y expresó al presidente italiano, Giorgio Napolitano, su «confianza en su liderazgo para establecer un gobierno interino en Italia que ponga en marcha un programa agresivo de reformas y restablezca la confianza de los mercados».
El Gobierno alemán desmintió ayer que busque una zona euro de «dos velocidades» que separe a los estados con mejor posición financiera del resto. El portavoz de la canciller alemana, Angela Merkel, aseguró que Berlín no es partidario de la idea de una zona euro reducida y su política está centrada en la estabilización de los países que integran la moneda única en su conjunto. La declaración de Steffen Seibert se produce en respuesta a los rumores que apuntan a que responsables alemanes y franceses planean avanzar en una integración económica mayor pero en la que solo se incluya un pequeño grupo de países. «El Gobierno alemán no está persiguiendo estos planes. -afirmó Seibert- Al contrario, nuestras políticas buscan estabilizar la Eurozona en su conjunto y atacar a la raíz de sus problemas», añadió.
De acuerdo con la información de Reuters, las discusiones entre responsables en París, Berlín y Bruselas contemplan la posibilidad de que uno o más países abandonen el euro, mientras que el resto sigue adelante con una mayor integración económica que incluya una política impositiva y fiscal. A este respecto, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, advirtió de los costes económicos que tendría una división de la eurozona, por lo que instó a Alemania a demostrar su liderazgo para resolver la crisis de la deuda que afecta a varios países. «Lo que es más, amenazaría la prosperidad futura de la siguiente generación», aseguró Barroso durante su visita a Berlín. Allí Barroso recordó que el PIB alemán podría contraerse en 3 puntos y el país perdería un millón de empleos si se reduce la eurozona. Añadió que cualquier intento de profundizar la integración de las políticas económicas no debe asumirse a costa de generar divisiones entre los miembros de la UE. «No puede haber paz y prosperidad en el norte y el oeste de Europa si no hay paz y prosperidad en el sur o en el este», apostilló.
Igualmente, el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, se declaró «alérgico a tales estupideces difundidas por aquellos que quieren mostrar divisiones en el euro», «El euro es un grupo sólido», añadió el político luxemburgués, y añadió que «no hay Europa sin Portugal, no hay euro sin Portugal». GARA
El Tesoro italiano subastó ayer 5.000 millones de euros en bonos a un año con un interés del 6,087 %, lo que supone un récord desde la entrada en el euro.
El rendimiento de los bonos con caducidad a 12 meses pasó del 3,570 % en la subasta del mes pasado a ese máximo histórico. A pesar de la subida del interés, se vio como positivo que lograra colocar los 5.000 millones de euros ante la gran demanda, dado que se recibieron peticiones por 9.947 millones. Tras la subasta, la prima de riesgo italiana, que se mide con la diferencia entre el bono alemán y el italiano a diez años, se redujo a 517 puntos básicos. Mientras, el interés de los bonos a diez años bajó de la barrera psicológica del 7 % al 6,95 %. El Banco Central Europeo está comprando títulos de deuda italiana, esta vez, «de manera más agresiva», según los medios italianos. El miércoles la prima de riesgo, tocó los 575 puntos y el rendimiento de los bonos a diez años se colocó en 7,25 %, pese al anuncio de dimisión de Berlusconi, pero parecen haber acogido mejor la decisión del jefe de Estado, Giorgio Napolitano, de nombrar senador vitalicio a Mario Monti, con lo que se acerca a su nominación como primer ministro. La perspectiva de su designación también animó a la bolsa de Milán que, tras el batacazo del miércoles, ayer subió un 0,97%. GARA
