Raimundo Fitero
Agonía
No le digas a mamá que trabajo en la tele» ha desaparecido de la parrilla tras un mes de agonía, asegura el titular de una página web dedicada al mundo de la televisión. Me deja cavilando lo de agonía. ¿Qué es una agonía televisiva? O formulemos la pregunta de otra manera, ¿por qué se deja a ciertos programas en la programación aunque estén teniendo unos resultados de audiencia muy malos? La respuesta más simplona es pensar que se hace porque se confía en que remontará. Pero a lo largo de la historia del invento eso ha sucedido muy pocas veces. No acostumbra a existir la segunda oportunidad. Antes, un cambio de día y horario podía provocar un resurgimiento, hoy, estos cambios son la clave para entrar en la fase final de desaparición.
El programa arriba mencionado nació en Cuatro, con muy poca audiencia, con la idea de cubrir el horario en el que se colocó, como sustituto, y no ha levantado el vuelo por la sencilla razón de que no aportaba absolutamente nada nuevo a lo ya existente, y que estaba erróneamente enfocado. Cada uno de los integrantes del programa seguro que tendrán más recorrido en otros espacios, pero aquí volvemos una vez más al argumentario clásico especto de cómicos, colaboradores que en intervenciones esporádicas de cinco minutos, son muy buenos, casi excelentes, pero que cuando se les otorga más responsabilidad, como es la conducción, no logran, ni de cerca, la eficacia y la intensidad necesaria para mantener la atención.
Es decir estamos ante un caso de alargar la agonía desde la cadena mientras buscaban otro antídoto para frenar algo a la competencia. A veces sucede así, aunque sea a costa de quemar al equipo, de bajar el porcentaje general, al no tener una solución clara se mantiene porque se sabe que algo, aunque sea poco, resta a la competencia directa, que en este caso es al programa de Neox, una de las cadenas del bloque de Antena 3, titulado «Otra movida», con Florentino Fernández, al que sustituía el agónico programa en Cuatro, que está haciendo lo que sabe hacer, con unas audiencias en crecimiento. El programador juega en su parrilla y en la de los demás, suma y resta para obtener el resultado final.