Mikel INSAUSTI

Y de nuevo hay que empezar hablando del grave problema que tienen las distribuidoras con la “titulitis”, ya que mucho me temo que se han sacado de la manga ese horrible “Miradas de amor” para que algún espectador despistado vaya a ver la versión doblada pensando que, como sale el bello Riccardo Scamarcio, se trata de una especie de continuación del éxito comercial del cine romántico italiano “Manuale d’amore”. Así se explica también que recuperen ahora, con tres años de retraso, la penúltima realización de Sergio Rubini, actor que cuando debutó tras la cámara en 1.989 con “La Stazione”, ganadora del David Di Donatello a la mejor Ópera Prima, fue saludado como el nuevo Nanni Moretti. El paso del tiempo ha demostrado que es otra cosa, pero sus propuestas siguen siendo muy interesantes y personales, porque “Colpo d’occhio” es un desaforado melodrama que se aparta de lo corriente e ignora las actuales tendencias, recuperando la locura pasional de tremendas obras hoy olvidadas como “Lo importante es amar” de Andrzej Zulawski.

Sergio Rubini se reserva en “Colpo d’occhio” el papel más perverso de la función, el de un consumado manipulador que hace y deshace a su antojo manejando los hilos del resto de personajes cual si fueran marionetas. Y la profesión de tan siniestro elemento es la de crítico de arte, así que esta moderna tragedia romana se convierte en una reflexión sobre el poder de quienes controlan los canales de comunicación existentes entre el artista y el público. El fatídico triángulo amoroso que completan el joven escultor y su amante, que a su vez fuera pareja y motivo de la venganza del maquiavélico protagonista, conforman un círculo vicioso de ambiciones e influencias. El desenlace mortal tiene lugar en el Coliseo de Roma, donde las voces se amplifican gracias a la acústica del anfiteatro, completando una creación operística orquestada por el mismo Pino Donaggio que en su día llegó a colaborar con Brian De Palma, dejando atrás su etapa de cantante melódico.