La Comisión Europea aplaude las intenciones de Italia y no se fía de las de Grecia
La Comisión Europea se mostraba ayer satisfecha con las medidas que tiene previsto adoptar Italia, pues consideraba que ese país ha respondido «a tiempo y de manera completa». Sin embargo, al mismo tiempo la CE solicitaba al nuevo Gobierno de unidad y a los principales partidos griegos que envíen por escrito los ajustes económicos que llevarán a cabo como condición para recibir la ayuda de 8.000 millones de euros para no suspender pagos. O, lo que es lo mismo, la CE daba a entender que no se fía. Hasta aquí el último capítulo del efecto de la crisis sobre una Unión Europea que reincide en unas recetas que se han revelado poco menos que inútiles. Las hoy satisfactorias medidas de Italia dentro de unos días podrían ser insuficientes, como consecuencia de un rumor o una nueva calificación de la deuda. El caso de Grecia es más que ilustrativo al respecto. Y no sólo el de Grecia, sino también el de casi todos los miembros de la eurozona, forzados a tomar duras medidas que de un día para otro pueden resultar baldías y tras ellas esos países verse en situación de tener que «volver a empezar», pero en una situación mucho peor que la anterior, en una peligrosa espiral.