Las Juntas Generales de Araba exigieron ayer la disolución de ETA. Esta petición no tendría nada de especial si no fuera porque la misma se dio gracias a una enmienda de sustitución presentada por el PNV contra una moción de Bildu, en la que se solicitaba la puesta en libertad de las cinco personas condenadas por el «caso Bateragune».

Ayer, el grupo juntero del PNV logró que una moción dirigida a evidenciar el apoyo de la Cámara foral alavesa con los implicados en el citado proceso judicial, quedará reducida a una interpelación donde se solicitó la desaparición de ETA. Una exigencia promovida por los junteros jeltzales y apoyada por sus correligionarios del PP, PSE y EB.

El portavoz de Bildu, Gorka Ortiz de Guinea, fue el primero en tomar la palabra ante los presentes en las JJGG de Araba. Durante su intervención, el dirigente abertzale denunció el juicio político al que han sido sometidos los implicados en el «caso Bateragune», sobre los que se han impuesto penas de hasta diez años de prisión.

Por ello, el juntero solicitó la puesta en libertad de los implicados, y exigió el fin de los juicios políticos en Euskal Herria. Asimismo, en la moción, defendida por Ortiz de Guinea, la coalición abertzale instó a la institución foral a dar pasos hacia la resolución del conflicto para poder lograr un escenario sin violencia donde se puedan defender todos los proyectos políticos.

Una vez finalizada la intervención del juntero independentista, llegó el turno del portavoz del PNV. En un primer momento, Ramiro González defendió la propuesta de Bildu, y reconoció que su formación apoyaba la puesta en libertad de los implicados en el «caso Bateragune». No obstante, tras esta primera declaración su tono cambió, y comenzó a poner pegas al texto presentado por la coalición abertzale.

González, que criticó duramente todas las medidas penitenciarias de excepción impulsadas por el Gobierno español, quiso marcar distancias con Bildu, y anunció que su formación votaría en favor de la moción siempre y cuando se reconociera el «fracaso» de ETA y exigiera su disolución. Dos iniciativas que nada tenían que ver con la moción presentada por Bildu, dirigida a mostrar el apoyo de la institución foral con los cinco encarcelados.

Estas propuestas no fueron bien recogidas por los once junteros de la coalición abertzale, que veían cómo las opciones de aprobar la moción se reducían por momentos. Es más, dichas opciones continuaron a la baja tras el pronunciamiento de la portavoz de EB, Nerea Gálvez, que anunció que su grupo apoyaría la enmienda de sustitución presentada por el PNV.

Partidos estatales

Por su parte, las portavoces del PP y del PSE, Ana Morales y Cristina González, evitaron referirse a la sentencia dictada por la Audiencia Nacional española en relación con el Caso Bateragune, y optaron por defender a las «víctimas del terrorismo» en un discurso donde rechazaron la existencia de un conflicto político.

Tras el pronunciamiento de todos los grupos llegó el turno de la votación. El primer texto, la moción inicial presentada por Bildu, quedó descartada, ya que la misma se encontró de frente con el rechazó de las formaciones estatales y con la abstención del grupo jeltzale.

Este resultado echó por tierra cualquier pronunciamiento de apoyo a los cinco acusados y abrió un debate, liderado por el PNV, dirigido a buscar «vencedores y vencidos», tal como recordó Ortiz de Guinea. Una situación que choca con la postura adoptada por el presidente del EBB, Iñigo Urkullu, durante su participación en la Conferencia de Paz celebrada en el Palacio de Aiete.

En cuanto a la enmienda de sustitución presentada por el PNV, ésta fue votada por puntos, quedando descartados todos aquellos en los que se criticaban las medidas penitenciarias españolas. Al final, solo se aprobó la exigencia de disolución a ETA.