CRISIS ECONÓMICA
La UE reclama ceder más soberanía para evitar el «precipicio»
La Comisión Europea insiste en la necesidad de una política económica coordinada en la eurozona, aunque estados como Italia se resisten a ceder soberanía y no falta quien critica las intervenciones de los inspectores de la UE, el BCE y el FMI. En Grecia lo tienen asumido y su nuevo primer ministro ya adelanta que su «principal tarea» será aplicar las medidas adoptadas en la cumbre del 26 de octubre. Un compromiso que la CE quiere tener firmado en un papel.
Imanol INTZIARTE | DONOSTIA
La crisis de la eurozona ha aflorado el debate de hasta dónde debe ceder su soberanía económica cada estado en el marco de una moneda compartida. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, defendió ayer que la falta de coordinación de políticas económicas se ha convertido en el «talón de Aquiles» del euro.
«Cualquier retroceso conduciría a la desintegración, en un plazo más o menos breve, de la construcción europea. Y esta desintegración tendría un coste inconmensurable para nosotros los europeos, pero también para el resto del mundo. ¿Es necesario que estemos al borde del precipicio para entenderlo? Tenemos que refundar nuestra Unión para superar sus contradicciones y debilidades», sentenció el político portugués.
El presidente del Ejecutivo comunitario insistió en la implementación de mecanismos que refuercen la vigilancia y las sanciones. Sabedor de que este tema desata susceptibilidades, Barroso matizó que «no se trata de poner bajo tutela sino de evitar la tentación de lo peor para evitar que las decisiones de un solo estado miembro puedan perjudicar a todos los demás. No se trata de abandonar la soberanía sino de compartir la soberanía en el seno de la UE».
«Italia no se lo merece»
En Italia ya se han alzado voces contrarias, encabezadas por el ex presidente Carlo Azeglio Ciampi. En una carta remitida al rotativo «Il Sole 24 Ore», subrayó que Italia «no merece encontrarse en una situación de inferioridad o dependencia, a la que ha sido conducida por una política errónea».
Ciampi lamentó que la política económica vaya a ser auditada por inspectores de la UE, el BCE y el FMI, y consideró que la llegada de Monti al poder supone «una ocasión para salvar al país que no podemos perder».
Las presiones del tándem Merkel-Sarkozy, rebautizado como Merkozy por algunos medios, han hecho mella en el orgullo transalpino y ya se habla de «humillación». Así, en referencia a los rumores de una posible llegada de los mandatarios alemán y francés a Roma para respaldar al nuevo Ejecutivo, el «Corriere della Sera» titulaba con un tajante «Sarkozy, por favor, quédese en casa».
Ante tanta suspicacia, la portavoz jefe de la Comisión Europea, Pia Ahrekilde, negó que se hubiera presionado a Italia y Grecia para que cambiasen de ejecutivos. «El establecimiento de gobiernos es una cuestión nacional, la CE no se implica», aseguró Ahrekilde.
No obstante, el portavoz de Asuntos Económicos, Amadeu Altafaj, advirtió de que «nuestro diagnóstico de la economía italiana no cambia porque haya una nueva administración». Añadió que al menos Italia ha respondido «a tiempo» y de manera «completa» a las preguntas de Bruselas sobre las reformas económicas que piensa tomar, cuestiones que serán analizadas antes de presentar un primer informe ante el Eurogrupo.
Mientras, en Roma se cerró la primera jornada de consultas para la formación del nuevo gobierno. El encargado de esta tarea, Mario Monti, anunció su deseo de agotar la legislatura, hasta el año 2013, y auguró que al país le esperan «sacrificios». Se prevé que la composición del gabinete se dé a conocer a lo largo de esta semana.
Grecia cumplirá los acuerdos
En el otro escenario principal, Grecia, la cuestión de la soberanía quedó sepultada bajo los escombros del fallido referéndum de Papandreu. El nuevo primer ministro, Lukás Papadimos, certificó que «la principal tarea de este gobierno es aplicar las decisiones de la cumbre» de la UE del pasado 26 de octubre, precisamente el acuerdo que su antecesor planteó consultar a la ciudadanía.
Horas antes, la Comisión Europea había instado al nuevo Ejecutivo heleno y a los líderes de los principales partidos a firmar «sin ambigüedad y lo antes posible» un escrito comprometiéndose a aplicar los ajustes exigidos por la UE como condición previa para recibir la ayuda urgente de 8.000 millones de euros que necesitan para no suspender pagos en las próximas semanas.
El líder del partido conservador Nueva Democracia, Antonis Samaras, aseguró que ni apoyará más medidas de austeridad ni suscribirá dicho documento argumentado que su palabra es suficiente, a lo que Papadimos replicó que la petición «no es un ultimátum, es nuestra obligación hacia los pueblos europeos que nos apoyan».
La prima de riesgo española batió ayer un nuevo récord desde la creación del euro al cerrar la sesión en 432 puntos básicos. Los inversores optaron por deshacerse de deuda de los estados periféricos, provocando que la rentabilidad del bono a 10 años cerrara al 6,11%. Ese alto interés contrasta con el de la deuda alemana, que cayó hasta el 1,78% por la fuerte demanda de los inversores, y amplió el sobrecoste de comprar bonos españoles en vez de germanos. Horas antes, en una charla informal con los periodistas que siguen su campaña, el máximo favorito para ganar las elecciones del domingo, Mariano Rajoy (PP), declaró estar convencido de que la convocatoria electoral había aliviado la presión de los mercados sobre el Estado español.
En Italia tampoco ha tenido mucho efecto, por ahora, la marcha de Silvio Berlusconi. Su prima de riesgo cerró en 492 puntos básicos, una cifra muy alta pero lejos aún del récord marcado el pasado miércoles, cuando tocó techo con 575 puntos.
El rendimiento del bono italiano a diez años quedó al cierre de la sesión en el mercado secundario en el 6,7%, muy cerca de nuevo de la barrera del 7% que traspasó hace seis días y a partir de la cual tuvieron que pedir el rescate Grecia, Irlanda y Portugal. El nivel de incertidumbre sobre la solvencia financiera de Italia sigue elevado, visto además el resultado de la subasta de bonos a 5 años que celebró ayer el Tesoro italiano: se colocaron 3.000 millones de euros en títulos con un interés del 6,29%, el máximo desde 1997. Las autoridades esperan que el cambio de Gobierno afloje las presiones. I.I.
El banco Unicredit, el más grande de Italia, informó que en el tercer trimestre de 2011 registró pérdidas por valor de 10.641 millones de euros y anunció una ampliación de capital de 7.500 millones y la destrucción de 5.200 empleos hasta 2015.
El presidente del Bundesbank, Jens Wiedmann, mostró su oposición a que se utilice la política monetaria del BCE para «resolver los problemas de solvencia de los países y de la banca».
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) presentó ayer los datos de su índice compuesto relativos a setiembre, donde se advierte que continúa la «desaceleración» en los principales estados.
El discurso de Angela Merkel, dedicado en buena parte a la situación económica europea, marcó la jornada inaugural del congreso federal de su partido, la Unión Cristiano Demócrata (CDU), que se celebra desde ayer en Leipzig. La canciller alemana defendió ante sus compañeros de formación la necesidad de ayudar a los socios de la UE en apuros, «porque sus problemas son los nuestros», pero subrayó que este respaldo ha de tener como contrapartida la imposición de sanciones para quienes no cumplan con lo pactado.
Merkel aseveró que Europa está «probablemente en su hora más difícil desde la Segunda Guerra Mundial», y defendió que la respuesta debe ser mostrar «coraje para afrontar los cambios», entre los cuales citó reforzar los mecanismos frente a los infractores de los criterios de estabilidad -que explicitó en el término de «sanciones automáticas»-, pero también disponibilidad a ceder soberanía y competencias. «No necesitamos menos Europa, sino más Europa», insistió en la línea de las últimas semanas.
La canciller recordó, en su discurso ante un millar de delegados, que en el pasado Alemania estuvo también entre los «infractores» de los límites al déficit establecidos en el Tratado de Maastricht, pero supo enmendar esa situación. «La UE debe reformarse», insistió.
En cuanto a otros puntos calientes de la política económica común, Merkel mostró su postura favorable a la implantación de un impuesto a las transacciones financieras «por lo menos a escala de la eurozona». Por el contrario, remarcó su rechazo a los eurobonos: «No nos conducirán a un futuro sensato para Europa». Cabe recordar que la pasada semana el Consejo de Expertos Económicos de Alemania sugirió un «pacto para el reembolso de la deuda» que permita reducir el endeudamiento de los países europeos hasta el umbral del 60% del PIB, propuesta a la que Merkel replicó con un «lo estudiaremos» carente de cualquier tipo de entusiasmo.
A nivel interno, Angela Merkel arrancó este congreso con un principio de acuerdo interno para la implantación de un salario mínimo, hasta ahora inexistente en Alemania salvo algunas excepciones en sectores determinados. No obstante, esta nueva normativa planteada por la canciller tendría carácter orientativo y contemplaría las especificidades regionales y sectoriales. La propuesta cuenta con el rechazo absoluto de su socio de gobierno, el Partido Liberal (FDP). I.I.
La producción industrial descendió en setiembre un 2% en los países del euro y un 1,3% en toda la Unión Europea respecto al mes anterior, según los datos publicados ayer por la oficina comunitaria de estadística, Eurostat.