Los 305 vecinos de Garinoain que votaron en blanco el pasado domingo exigieron ayer la renuncia de los cargos de Derecha Navarra y Española, una formación que se ha hecho con el control del Ayuntamiento gracias a sólo 18 sufragios obtenidos en las urnas, un 5,6% del total.

En un comunicado, la práctica totalidad de los votantes -el 94,4%- denunció la situación a la que se enfrenta la localidad navarra, que a partir de ahora estará gobernada por un grupo de personas ajenas al día a día del municipio, ya que ninguno de los ocho ediles de DNE reside en Garinoain.

Según relatan los afectados, DNE presentó su candidatura a última hora, sin dar opción a los vecinos de presentar una lista alternativa. Además, los cargos electos, liderados por Gonzalo Vicuña, no realizaron ningún acto de campaña en Garinoain, ni dieron a conocer sus propuestas entre la población local. Es más, tal como señalan los residentes, la primera vez que vieron el rostro del futuro alcalde fue el 20 de noviembre, el mismo día de la votación.

Ante esta circunstancia, los vecinos afectados prefieren que los cargos de DNE abandonen la localidad y dejen que la gente del pueblo se haga cargo de la gobernanza del municipio. Sería la opción más democrática si se tiene en cuenta que el voto en blanco ganó con una clara mayoría sobre la opción derechista. «Sabemos que legalmente es legítimo, pero ¿lo es moralmente? ¿Está dentro de la normalidad democrática?», preguntaron los vecinos.

En cuanto a las supuestas coacciones denunciadas por Gonzalo Vicuña, los vecinos aclararon que «bajo ningún concepto se ha coaccionado o amenazado a ninguna persona del pueblo para conseguir el voto en blanco». «Nuestra labor ha sido sólo la de informar de otra opción existente como alternativa a la única candidatura presentada», añadieron.

Provocaciones de Ciprés

Asimismo, se refirieron a las presuntas agresiones sufridas por la líder de DNE, Nieves Ciprés, y recordaron que la situación de tensión que se vivió el domingo fue fruto de la «indignación de los vecinos y de su impotencia, pero también de la provocaciones de la señora Ciprés», que ha llamado «proetarras y violentos» a las 305 personas que votaron en blanco en la cita electoral.