Emotiva despedida
El Labrit palpitó junto a Beloki en el nacimiento de un mito
El partido de ayer puso el broche ideal a la carrera profesional del mejor zaguero de los últimos tiempos.
Jon ORMAZABAL
Un Labrit entregado recuperó el espíritu de La Bombonera para acompañar a Rubén Beloki y latir junto a él, no en una despedida, sino en el nacimiento de un mito; el de un pelotari que, al margen de un palmarés envidiable, se marchó de la mejor manera posible, sin un feo gesto que nadie pueda reprocharle y yéndose con un triunfo que difícilmente podría haberle puesto un mejor broche a la carrera de un deportista ejemplar.
Y eso que no lo tuvo nada sencillo en un partido ante una pareja muy poderosa -Oinatz sufrió algunos problemas en su gemelo derecho- que no regaló nada y en el que las emociones agarrotaron al zaguero de Burlata. «El aurresku al principio me ha matado. Pensaba que iba a ser después del partido y casi no podía darle a la pelota, me ha ablandado. Aunque he calentado bien, he tenido un bajón físico y no había forma de coger tensión de nuevo, aunque me he rehecho», manifestó Beloki tras el partido.
Ese instante, con el Labrit de pie y en absoluto silencio, fue quizá uno de los más emotivos de una tarde plena de recuerdos y sensaciones. Junto a ése, Beloki escogió cuando durante el partido pudo mirar de reojo a su familia en la grada y cuando sus tres hijos -Imanol, Amaia y Ane- salieron a la cancha tras el partido para cerrar un homenaje en el que se le brindaron numerosos obsequios. «Ha sido un día muy intenso: la última tertulia en el vestuario, el ritual de poner los tacos... Al final, muy satisfecho porque ha sido un buen partido y la gente se ha portado sensacional conmigo. No puedo pedir más».
Y es que el mundo de la pelota y el deporte se volcó con el burlatarra el día en el que pegó su último latigazo. Por las gradas del Labrit se pudo ver a Miguel Indurain, José Luis Mendilibar, Patxi Eugi, Mikel Unanue, Mikel Goñi, Patxi Eugi, Juantxo Koka, Martínez de Eulate y un largo etcétera de pelotaris en activo y ya retirados.
Encima con triunfo
En este tipo de eventos puede parecer algo secundario, pero Titín, con el que jugó en aficionados, le permitió despedirse con una victoria (22-20) en un partido en el que Beloki tuteó al mayor pegador de su empresa y en el que incluso se permitió algún lujo como el gancho que cruzó en el 8-8.
«Ha sido mucho mejor de lo que me esperaba. Quería que el partido fuese bueno, que se divirtiese la gente, y creo que ha sido un buen partido. Augusto ha estado sensacional, increíble. Me ha ayudado muchísimo y he dado todo lo que tenía».
Rubén Beloki, uno de los grandes de la historia de la pelota profesional, que se retira a los 37 años, señaló que consiguió «disfrutar del partido. Sólo quería que la gente se divirtiese. En este día el partido es anecdótico, pero quería estar a la altura. Los pocos ratos que he tenido ha salido bien», señaló.
La jornada de fiesta se cerró con una cena en una sociedad de Burlata, donde se juntaron amigos y ex pelotaris.
El contrapunto a la fiesta del Labrit se vivió ayer en la iglesia de Goizueta, donde el mundo de la pelota también se volcó, con presencia de muchos profesionales, en el último adiós de Andrés Olaizola, padre de Asier y de Aimar, fallecido el viernes a los 75 años de edad.