Las cuatro victorias ligueras consecutivas en el mes de diciembre de Osasuna ante Real Zaragoza (1-2), Real Mallorca (3-0), Villarreal CF (1-4) y Levante UD (2-1), respectivamente; y el triunfo en Copa de la UEFA contra el FC Parma (0-3) llevaron al equipo navarro, hace ahora cinco años, al primer puesto del ranking mundial de clubes, correspondiente al mes de diciembre de 2006. Un hito reservado para los mejores y no alcanzado por ningún otro equipo de Euskal Herria. Un buen recuerdo ahora que los de Mendilibar caminan con paso firme más por resultados que por juego, es cierto- por la senda liguera.

La Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol es el organismo encargado de elaborar estas clasificaciones. Se trata de una institución independiente y sin ánimo de lucro creada en 1991, con el objeto de recopilar datos, documentar, estudiar y analizar todo lo relativo a las competiciones futbolísticas en todo el mundo, tanto las históricas como las actuales.

Aquel mágico diciembre de 2006, los rojillos tomaban el relevo del Inter de Milan, que había sido el mejor del ranking en noviembre, y cedieron luego el testigo en enero de 2007 al mismo equipo interista. El mejor equipo del mes de noviembre de este 2011 fue el Real Madrid.

En el ránking que este organismo elabora, en su última clasificación, la que contabiliza los méritos aumulados en forma de puntos desde el 1 de diciembre de 2010, Osasuna está situado en el puesto 269 del mundo, cuando en el mes anterior estaba en el 260. Cuando fue nominado como mejor equipo de noviembre de 2006, se encontraba en un privilegiado puesto 65.

Ahora mismo, el Athletic es el equipo vasco mejor situado a nivel mundial, en el lugar 91, mientras que la Real Sociedad no está dentro de los primeros 400 clubes, máximo que recoge en su lista este organismo.

Aquel 0-3 al Lerverkusen

Aquel Osasuna de la campaña 2006-2007 disputó un total de 60 partidos oficiales, triunfó en Europa, rindió en Liga y rivalizó en la Copa. Fue la temporada más larga de los osasunistas, que arrancó un 8 de agosto y finalizó el 18 de junio siguiente. Dirigidos desde el banquillo por un novato como José Ángel Ziganda, con un puñado de futbolistas que se incorporaban al equipo como Héctor Font, Soldado, Juanfran, Juanlu, Nekounam y un canterano en ciernes como Monreal, los de Iruñea cayeron a las primeras de cambio en la previa de la Champions League ante el Hamburgo alemán.

Fue el prólogo de siete partidos consecutivos sin ganar en Liga, hasta que la zozobra en el entorno del club y las dudas sobre el técnico se acabaron con dos victorias seguidas ante Deportivo y Zaragoza, y se llegó al turrón navideño con siete victorias seguidas, incluidas las del Odense danés y el Parma italiano. Osasuna se centró demasiado en Europa, descuidó la Liga y acabó mostrándose muy irregular en la competición doméstica, a pesar de victorias como la del 0-3 en San Mamés. Acabó 14º, eso sí, por delante de los bilbainos (17º) y de una Real Sociedad, que terminó descendiendo a Segunda División.

La UEFA fue la competición que dio enormes alegrías y baños de osasunismo, como la eliminación del Girondins de Burdeos, del histórico Glasgow Rangers, pero sobre todo de aquella anoche mágica del 0-3 al Bayer Leverkusen. Tras dejar en la cuneta a tan potentes equipos, fue a caer al final con el Sevilla, lo que dejó tocado al equipo para el tramo final de Liga.

Una recordada temporada, con nada menos que 60 partidos a las espaldas, 77 goles en todas las competiciones, la irrupción de jóvenes valores como Kike Sola, Azpilikueta o Jokin, y el también adiós al final de la temporada de futbolistas como Muñoz, Milosevic, Valdo, Raúl, Soldado o Juanlu.

Una campaña que seguro, cinco años después, los aficionados rojillos recuerdan y esperan volver a repetir. De momento, están en los puestos de arriba.