«Open 24 H» quiere transmitir al espectador la angustia de una existencia gris

M.I. | DONOSTIA

Carles Torras empezó codirigiendo junto a Ramón Térmens el largometraje “Jóvenes”. Luego su compañero a hecho en solitario “Catalunya über alles!”, mientras que Torras probaba suerte por libre hace dos años con “Trash”. No quedó muy contento de su relación con los productores, así que con “Open 24H” ha decidido autoproducirse, tomando el camino del riesgo y la experimentación.

La película está rodada en un blanco y negro expresionista, en cuanto opción estética pensada para reflejar la existencia gris de un ser desplazado. La monotonía de su  desesperanzado día a día está contada a través de repetitivos planos cortos y el empleo de varias localizaciones fijas, a fin de remarcar su falta de horizontes. La única forma de salir del bucle temporal en el que vive el protagonista es un estallido violento, que se presenta finalmente como un hecho inevitable.