«El libro es parte de mi vida y de la de mis mejores amigos»
Premio Desnivel de Literatura 2011
El “Gordo” del Premio Desnivel de Literatura últimamente está cayendo en Euskal Herria. Si el año pasado se lo llevó Eider Elizegi, el de esta edición ha sido para Endika Urtaran. El escritor gasteiztarra nos acerca a “Huida al Tíbet”, una novela de aventuras y montañas que ha sido elegida entre la más de cien obras presentadas en este premio.
Andoni ARABAOLAZA
En la siguiente entrevista concedida a GARA, Endika Urtaran nos adelanta algunas de las claves de su primera obra de ficción.
Aunque en 2003 ya publicaste el libro-guía "Expediciones", la verdad es que con "Huida al Tíbet" te has estrenado en el mundo de la literatura de ficción de montaña. Y lo haces, además, ganando el Premio Desnivel de Literatura 2011. ¿Cuál es la valoración que haces de ese estreno en el mundo de las letras y del hecho que te hayan premiado?
El escribir «Huida al Tíbet» ha sido una de las experiencias más gratificantes de mi vida; eché en él todo lo que llevaba dentro. Pero, aunque soy un optimista redomado, jamás imaginé que ganaría el Premio Desnivel, menos todavía cuando me habían dado calabazas en varias editoriales. Al parecer, los libros de aventuras están pasados de moda. Pero los de Desnivel se fijaron en la esencia y les convenció, entre 106 manuscritos de varios países; todavía no me lo acabo de creer.
Como lector se ve que en términos generales "Huida al Tíbet" es una novela que cuenta una aventura particular de tres personajes que son la columna principal de tu relato. ¿Pero, como escritor que cuenta esas historias, que es para ti "Huida al Tíbet"?
«Huida al Tíbet» es parte de mi vida y de la de mis mejores amigos. Pero también es el regreso a los orígenes, la naturaleza, la vida sencilla, auténtica y a veces despiadada. Por mucho que intentemos alejarnos de todo eso con nuestras vidas acomodadas, llevamos algo dentro que nos empuja a volver a nuestra esencia.
Te lo decía, porque, en gran parte, los personajes huyen de su entorno; de ese día a día que les tiene "atrapados". Como montañero y escritor, ¿has utilizado también esta obra para huir?
Desde luego que sí. Las expediciones de montaña me sirvieron en su día para escaparme de un mundo seguro y monótono y adentrarme en otro deslumbrante y arriesgado. Ahora, con familia numerosa, tengo que hacer equilibrios para salir al monte, pero he descubierto la literatura como medio para huir, para saltar de un mundo a otro en unos minutos.
Como montañero que has realizado varias expediciones a ochomiles, está claro que conoces muy bien las zonas por las que transcurren las historias del libro. ¿Has preferido apoyarte en esa información de primera mano antes que arriesgarte a "inventarte" otras zonas y montañas?
Como los personajes de mi libro, subí al Cho-Oyu, recorrí el altiplano tibetano y escalé por las paredes del Everest. También me tocó trabajar de cartógrafo por el mundo. Está claro que me desenvuelvo mejor en terreno conocido. Aunque también parte del libro es ficción, jamás estuve en Nueva York donde se desarrolla parte de la aventura y los personajes son inventados.
Has afirmado que la mochila la tenías repleta de historias, que pesaba, y que ahora la has aligerado. ¿Se puede decir que este libro ha sido una expedición pesada y que ahora tienes la oportunidad de apostar por un estilo alpino más ligero?
Creo que has dado en el clavo. Por el tipo de vida que he llevado, repleta de anécdotas propias y ajenas, tenía la necesidad de contarlas e ir soltando lastre en los campos de altura. Creo que, sin querer, he escrito una novela demasiado autobiográfica, pero imagino que el próximo libro, estará ya libre de cargas del pasado.
Es una novela sobre la amistad, la montaña, la aventura... Y se basa concretamente en las historias que tú mismo has vivido. Nadie pone en duda de que es un auténtico relato de aventuras, pero desde el jurado se ha afirmado que con esta novela, por fin, el género de acción y aventura ha llegado a las montañas. ¿Cómo se recibe un elogio como ese? ¿Tú también ves un vacío de ese género en la literatura de montaña en nuestro alrededor?
Para un escritor novel como yo que digan cosas como esas de «Huida al Tíbet» me da fuerzas para seguir contando historias. Hay libros de montaña repletos de aventura y acción, aunque es cierto que la mayoría son de autores anglosajones. Uno de mis favoritos es «Mal de altura» de Jon Krakauer. El alpinismo por aquí parece que ha estado más unido a «cosas serias», a marcas medibles y logros comprobables, pero creo que ha llegado la hora de quitarle un poco la carga deportiva para adentrarse en lo humano.
La base principal del libro está cimentada en los diálogos. Esa apuesta le da mucho ritmo a un género como el que hemos citado. ¿Lo has buscado?
He buscado, sobre todo, que ocurran cosas sin parar, es una novela de acción. Los personajes se expresan con los diálogos, con los pensamientos, pero sobre todo con las acciones. He escrito el tipo de libro que a mi me gustaría leer, olvidándome de la gran literatura a la que nunca podré acceder. Sólo se cuentan las cosas imprescindibles para narrar una historia, como en los libros clásicos de aventuras.
En el libro se observa que las grandes montañas del Himalaya y, sobre todo, el Tíbet te tienen atrapado. ¿Por qué el Tíbet y no, por ejemplo, Nepal? ¿Es un homenaje sincero al Tíbet?
En general, me tiene atrapado el Himalaya. También Nepal, aunque como ha sido un país más abierto al mundo en los últimos años ha perdido parte del misterio y exotismo que rodea al Tíbet. Más que un homenaje, es una mirada curiosa a uno de los pocos refugios en el que se ha preservado su cultura milenaria hasta nuestros días.
¿Qué tal acogida está teniendo la presentación del libro?
La de Madrid estuvo genial; estaba repleta. Los de Desnivel me dijeron que no se había llenado ni cuando estuvo Messner. En las de Bilbao y Donostia fue más familiar y acogedora.