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IBILIZ IBILI | Juan Mari Feliú

Urtarai y el Collado de Lindus Una puerta histórica del pirineo navarro

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Entre los profundos valles de Aldude y Luzaide y el altiplano de Auritz se encuentra aprisionado por las estratégicas cumbres de Lindus y Urtarai el pequeño collado de Urki, antiguo paso de caminos que han unido históricamente las dos vertientes del corazón del Pirineo de Navarra.

La excursión que sigue un formato de bucle se puede realizar en cualquier época del año, incluso en invierno, si el día se presenta sin nieblas, lluvia o nieve. En realidad se trata de una excursión «mañanera» para disfrutar de un paisaje cambiante, vestigios prehistóricos y amplias panorámicas, especialmente abiertas sobre el bucólico valle de Aldude y los bosques de Kintoa.

Desde Auritz

El itinerario se inicia en la plaza del pueblo de Auritz, donde se dan cita el Udaletxe, la iglesia y el frontón. Un carretil nos llevará a la regata de Zuringoa para una vez cruzado un puente, seguir por la derecha un carretil tras las señales del GR 11. Tras pasar los rasos de Ipetea (pasarela) el carretil nos lleva a un portillo donde el asfalto da paso a una pista de tierra. Bajo la penumbra de un cerrado bosque de hayas y bosquetes de alerces, cercanos a la regata entre recoletos parajes, llegaremos a los rasos de Gabarbide, al pie del cordal, donde se dan cita los barrancos de Urre y Lindus.

Aquí iniciaremos la subida de frente hacia el cordal, entrando bajo el hayedo por un amplio camino situado a la derecha del lomo. Al paso veremos varias plataformas de antiguas carboneras y un redil para el ganado hasta salir a los prados que tapizan las onduladas lomas del cordal de la divisoria, entre Lindus y Mendiaundi. A la izquierda veremos la rocosa cumbre de Menditxuri y a la espalda en primer término la boscosa cumbre de Girizu y al fondo el macizo de Orzanzurieta.

Los jalones del sendero GR 11 nos llevarán hacia una visible alambrada, donde podemos visitar a la altura de un poste indicador, el cromlech de Atalozti, profanado por un mugarri hendido en su interior. Antes habremos visto el memorial erigido en recuerdo del catalán Oriol Solé, asesinado en este lugar por la GC durante la fuga de la cárcel de Segovia.

Poco después estaremos ante el portillo que da acceso al camino que lleva a Urepele. Una vez pasado el itinerario continúa junto la alambrada, ganando altura por un terreno despejado. Pasada la Peña del Soldado, llamada así por ser uno de los lugares de vigilancia del ejército en los años 40 y 50, una senda nos llevará a un cercano hayedo, donde se encuentran los cromlechs de Lindus.

La senda que hemos traído nos llevará más tarde a la empinada pendiente que sube junto la alambrada hasta dar enseguida con la cumbre de Lindus (1220 m.). Aplanada para ser utilizada como reducto militar, con una profunda trinchera que lo delimita, en el centro del cuadrilátero se encuentra la muga 153 y dos buzones montañeros.

Tras observar el coqueto altiplano de Auritz y los relieves de los cordales del prepirineo navarro que se extienden hacia las tierras llanas de Nafarroa, podremos disfrutar del bucólico valle de Aldude, aprisionado entre las montañas de Kintoa y Adi y el cordal que desde Loilu-Argintzo se desplaza hasta el voluminoso Autza, donde sobresalen en el horizonte las cumbres de Ekaitza, Legate, Alkurruntz, Aiako Harriak y Larrun.

Al collado de Urki

Desde la cumbre el itinerario continúa bajando por las herbosas laderas, junto una sucesión de parapetos de caza hacia el pequeño collado de Urki, por donde pasa el carretil que une Urepele con Banka por el boscoso barranco de Haira. Aquí estaremos ante la muga 153, a 1.044 m., junto una borda-venta. A la izquierda queda una pista por la que regresaremos al collado de Atalozti. Aquí estaremos en la base de la herbosa cumbre de Urtarai que alcanzaremos cómodamente por una senda por los flancos de la montaña. La panorámica que contemplaremos es parecida a la de Lindus, con la salvedad de poder disfrutar del valle de Aldude a vuelo de pájaro.

De regreso al collado de Urki, seguir por la pista mencionada que nos llevará tras varias revueltas a la de Urepel, lugar donde la abandonamos por la izquierda para introducirnos en el apretado hayedo. Por sendas que en otros tiempos se utilizaron para el acarreo del carbón, manteniendo la altura a media ladera dejaremos antiguas plataformas hasta salir inesperadamente del bosque, a escasos metros del portillo de Atalozti. Tan sólo nos restará desandar el itinerario de subida hasta Auritz.

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