Iniciativa empresarial
Eder Katillu, toda una vida dedicada al mundo de la elevación
No suscitan especial atención por parte de la sociedad, los medios de comunicación no los tienen en sus agendas como un tema prioritario y jamás serán una conversación recurrente en ninguna barra de bar, pero el mundo del transporte ha evolucionado. y de qué manera, creciendo fuera de plano, hasta conseguir tener una importancia tan vital en el ámbito empresarial como poco reconocida fuera de este.
Mikel PASTOR
La sede de grúas Eder Katillu es una parábola perfecta de su situación en el conocimiento general del colectivo. En una depresión del valle cercano a Mallabia, a los pies del Trabakua, como si no quisiera hacer ruido, se alza la fábrica de esta empresa vizcaína, que piano piano, y sin levantar la voz, lleva medio siglo al servicio de diferentes empresas y particulares, ayudando en el traslado e instalación de maquinaria.
Como muchas de las empresas de transporte, Eder Katillu nació como una asociación de carreteros, que utilizaban animales y carretas para el traslado de diferentes enseres. Con el tiempo, sus actividades fueron derivando hacia la elevación y el transporte especializado de maquinaria y elementos pesados, hasta llegar a convertirse hoy en día en una de las más potentes del sector.
En la actualidad, los trabajos habituales de Eder Katillu suelen girar en torno al traslado de maquinaria de una sede o fábrica a otra. Por lo general, este traslado suele hacerse gradualmente y de manera bastante lenta por dos motivos. El primero, que un traslado de toda la maquinaria al mismo tiempo implicaría un parón total en la producción de la empresa, algo que la mayoría de clientes rechaza, por lo que este transporte se desglosa en diferentes fases para no perjudicar la productividad. El otro es, indudablemente, el importantísimo valor, tanto técnico como económico, que tienen estas grandes máquinas industriales. Y no solo por el precio, si no por que muchas de esas máquinas son únicas y muy difíciles de conseguir.
Por todo ello, Eder Katillu está obligada a lidiar con infinidad de seguros, contratos, etc... tan necesarios como asfixiantes. Cada pieza tiene su propio seguro, y la documentación a tramitar en cada contrato con clientes es todo un submundo que cabría analizar en otro artículo.
Todo un arsenal
La flota de vehículos de Katillu es muy amplia y varía en función de la obra a desempeñar y del espacio en que tenga que realizarse. Hay que tener en cuenta que los clientes pueden ser desde la empresa más pequeña situada en un bajo, hasta una gran empresa con un pabellón enorme, y cada caso requiere de una grúa diferente, por lo que el «arsenal» de Eder Katillu es espectacular.
Pero, sin duda, lo más destacable de toda esta flota son las mini-grúas, un nuevo modelo con el que no cuentan otras empresas. Se trata de grúas de tamaño muy reducido, capaces de llegar a sitios de muy difícil acceso, como interiores de comercios pequeños, balconadas de calles estrechas, etc... y suponen toda una novedad en el área.
La nómina de vehículos la componen, asimismo, los novedosos camiones pluma, las grúas todoterreno «Demag», y las clásicas plumas y camiones de gran tonelaje, habituales en todas las empresas de elevación.
Ya que su trabajo en ocasiones consiste en transportar diferentes piezas o máquinas para que puedan ser arregladas, Eder Katillu ha conseguido tejer a su alrededor una importante red de empresas más pequeñas dedicadas a la reparación, instalación eléctrica o construcción, que, con el paso del tiempo, se han convertido en colaboradores habituales de la empresa mallabiatarra, de manera que la contratación del cliente se hace habitualmente de manera conjunta, en una relación productiva para ambos.
El número total de empleados de la empresa asciende a 18, tres de ellos trabajando en administración, mientras que los otros 15 son gruistas o camioneros, por lo que no podemos considerar a Eder Katillu como una empresa especialmente grande. Aún así, da respuesta a una demanda importante, unas 1.500 peticiones al año, aunque algunas de estas se traten de traslados de corto recorrido o muy simple. La facturación anual asciende a 2,5 millones de euros, lo que le permite ser una empresa aseada económicamente.
Una de las ventajas fundamentales con la que cuentan es la reducida nómina de competidores del mismo ramo, lo que conlleva demanda nutrida y constante, y trabajo prácticamente durante todo el año. Además, Eder Katillu suele tomar parte en diferentes obras públicas, como la construcción de puentes, transportando y levantando vigas, ayudando a encofrar, etc...
Momentos duros
La crisis actual también ha afectado, lógicamente, al espacio del transporte y la elevación, aunque el hecho anteriormente citado, de clientes para todos, ha ayudado a paliar en parte esa situación. Aún así, el número de transportes se ha reducido notablemente, y han aumentado otro tipo de operaciones mucho más desagradables: transportar las máquinas o el material de una empresa en quiebra a la chatarrería. Lo explica Javier Castro, gerente de Eder Katillu: «Son momentos duros, porque estás viendo que un compañero, con el que probablemente has trabajado antes, tiene que desmantelar su negocio», por lo que «en ocasiones también nos toca dar ánimos a trabajadores o empresarios que lo están pasando mal. Evidentemente, nos gusta mucho más trasladar material a una nueva empresa que está abriendo», reconoce Castro.
El gerente de Eder Katillu tiene claro que el futuro a corto plazo «va a ser duro», ya que en gran parte «nuestro trabajo se nutre de la inversión y de la aparición de empresas que quieran llevar a cabo traslados, construcciones o reparaciones», por lo que «si no hay inversión, no hay nuevos proyectos, y por tanto, nuestra actividad se ve muy mermada».
Castro augura un 2012 «duro, en la línea de este año», y deposita sus esperanzas en el año siguiente: «Esperamos que sobre 2013 se empiece a notar cierta mejoría», aunque desconfía de los que auguran una recuperación milagrosa: «Personalmente, no creo que volvamos a estar nunca más a niveles de años anteriores», concluye.