El Comité Nacional Extraordinario del PSE, celebrado este sábado en Bilbo, mostró un partido algo dividido entre quienes defienden al presidente de la formación, Jesús Eguiguren, y quienes, de momento en el anoni-. mato, reprocharon su labor.

En una entrevista concedida ayer a Onda Cero, y recogida por Europa Press, el dirigente del PSE afirmó que en la reunión de este sábado pudo parecer que hubo «alguna discusión» sobre sus intervenciones, molestas para ciertos sectores del propio PSE que no comparten las postura de Eguiguren en temas relacionados con la resolución del conflicto político vasco. Esta semana ha concedido numerosas entrevistas tras publicar su libro sobre el proceso de negociación 2005-2007. Y en más de una ocasión ha puesto de relieve su malestar por la inacción de Patxi López en este tema.

Estas desavenencias internas afloraron el sábado, cuando, según recoge el grupo Vocento, un par de militantes mostraron sus discrepancias con Eguiguren, llegando incluso a sugerir su dimisión. Sin embargo, ayer el aludido quitó importancia al asunto, y afirmó que no se sintió «especialmente criticado».

Es más, el presidente del PSE recordó que durante la reunión se escucharon diferentes gestos de apoyo a su figura -como el del propio Patxi López-, y subrayó que, si alguien cree que con sus intervenciones ésta «perjudicando» al lehendakari, su cargo en el seno del partido siempre estará a su disposición.

Abrazo a Otegi

Por otro lado, Eguiguren anunció su intención de acudir a la prisión de Logroño para visitar y «dar un abrazo» al líder independentista Arnaldo Otegi, encarcelado allí. Según explicó, si no ha acudido al centro penitenciario hasta ahora es porque a algunos miembros del PSE «no les gustaría».

De todos modos, el hecho de no haber estado físicamente en el penal de Logroño no quiere decir que no haya existido una relación a distancia entre ambos políticos, según precisó. «El contacto a través de terceras personas no lo he perdido nunca», reveló.

A este respecto, Eguiguren volvió a recordar los primeros encuentros entre ambos dirigentes, allá por el año 2000. Unas reuniones que se dilataron durante seis años, y de las que no tuvo constancia «absolutamente nadie. Creo que nunca se trataron en ninguna Ejecutiva, ni del PSE, ni de Batasuna», dijo.

Junto a ello, destacó que ambos dirigentes, junto a otras personas ligadas al PSE y a la izquierda abertzale, han contri- buido «eficazmente» para llegar a este nuevo tiempo.