Un centenar de personas, convocadas por los sindicatos ELA, LAB, UGT y CCOO se concentró frente a los comercios que decidieron abrir ayer sus puertas, para denunciar que la apertura en festivos perjudica al pequeño comercio y atenta contra la conciliación laboral y familiar.

La tensión se elevó de forma considerable cuando hicieron acto de presencia el alcalde de Bilbo, Iñaki Azkuna, y el consejero de Industria del Gobierno de Gasteiz, Bernabé Unda, quienes acudieron personalmente a comprar en dichos establecimientos, fuertemente custodiados tras un cordón de agentes anti-disturbios de la Ertzaintza.

Azkuna señaló que «nosotros apoyamos la Ley emanada del Parlamento Vasco que dice que se puede abrir ocho festivos al año. Los comerciantes, en su justo derecho, abren un domingo y la Alcaldía les apoya», dijo.

El alcalde, que acusó a los concentrados de haber dejado hecho «un asco» la Gran Vía con el lanzamiento de octavillas, señaló que no es partidario de medidas como la de que puedan abrir «las 24 horas al día», como se ha autorizado en la Comunidad de Madrid, porque se «fastidia» al pequeño comercio, a pesar de lo cual defendió que puedan abrir domingos.

El consejero de Industria manifestó que la libertad de los comercios para abrir sus puertas en ocho domingos es «suya» y, por lo tanto, «en el hecho de que uno abra y otro no, están ejerciendo su libertad».

ELA calificó de «incomprensible, irresponsable y provocadora» la actitud del alcalde y del consejero por haber optado por «defender la decisión de unos pocos de hacer negocio a costa del derecho de conciliación de la vida laboral y familiar de quienes trabajan en el comercio».

«Bastantes horas hacen ya las trabajadoras del comercio para que todavía tengan que venir el domingo a trabajar», censuró la representante de ELA, María Jesús Fernández, quien añadió que «en muchos casos, lejos de decir que es voluntario, están coaccionadas».

La responsable de Comercio de LAB, Cristina Álvarez, añadió que la apertura en festivos «ni genera empleo, ni beneficia al comercio». Lo que hace, a su juicio es «perjudicar a los pequeños comercios, que les obliga a no respetar la conciliación laboral y familiar y a tener que competir con estas grandes cadenas».

Por su parte, el portavoz del grupo municipal de Bildu, Txema Azkuenaga, acusó al alcalde de ser el «abanderado de la lucha contra el derecho al descanso e impulsor de los recortes de los derechos laborales en el ya precarizado sector del comercio».

En este sentido, animó o a hacer «caso omiso» a este modelo comercial «extraño y ajeno» y señaló que la apertura de ayer «no es más que el inicio de una nueva agresión empresarial».

Los sindicatos informaron que apenas media docena de personas se acercó ayer hasta las tiendas.