La declaración sobre las víctimas del conflicto hecha pública en Aiete por los firmantes del Acuerdo de Gernika ha sido recibida con múltiples críticas por los partidos y agentes ajenos, o directamente contrarios, a esa unidad de acción. Así las cosas, el coordinador general de Aralar, Patxi Zabaleta, defendió ayer el valor y la proyección futura de ese posicionamiento.

En una entrevista a Info7 Irratia, Zabaleta auguró que la declaración presentada el sábado «permanecerá en el tiempo por su contenido y su importancia». Y subrayó que el texto «es equilibrado, justo y democrático».

Ahondando en esta consideración general, el líder de Aralar destacó que el documento «supone el cumplimiento de uno de los puntos del Acuerdo de Gernika, el de tomar en consideración a todos los que son, en realidad, víctimas de todas las violencias de motivación política». La mayor parte de quienes han criticado ese texto le reprochan que aluda a las víctimas de ETA junto a las producidas por la represión y exigen que los posicionamientos de «pesar» se limiten a las primeras.

Por contra, Zabaleta insiste en que la «visión ética» de esta cuestión «sólo es posible desde la consideración en igualdad de todas las víctimas». «El padre o la madre de alguien que ha provocado y de alguien que ha sufrido un atentado son igualmente víctimas, y hay que llegar éticamente a esa equiparación. Asistimos a una ceremonia de confusión que ya era esperable, en la que, hablando en nombre de la ética, pretenden diferenciar a las víctimas. Eso es justamente lo contrario de la ética», argumentó el veterano parlamentario navarro.

Junto a ello, dejó claro que en Aralar están «profundamente satisfechos» con esta declaración. La víspera, su compañera de filas y parlamentaria en Gasteiz Aintzane Ezenarro había cuestionado la posición de la izquierda abertzale al suscribir ese texto -Rufi Etxeberria leyó la parte principal en Aiete-, puesto que entiende que «llega tarde» y que ese sector político «tiene que hacer cosas creíbles».

Ares y Navas

Por segundo día consecutivo, el consejero de Interior de Lakua, Rodolfo Ares, se mostró crítico con el texto. Pese a su claridad, afirma que «tiene una ambigüedad de la que deberían sonrojarse». Y cargó de nuevo contra la izquierda abertzale, a la que exigió que «haga lo imprescindible: reconocer el daño causado y asumir su responsabilidad por haber apoyado durante tanto tiempo a la banda terrorista ETA, porque los radicales no pueden pretender ahora colocarse como observadores o meros espectadores».

«Lo fundamental es que no dejemos que nos pretendan rescribir la historia», añadió Ares, que se quejó de que «la izquierda abertzale no puede tratar de endosarnos a los demás su recorrido para hacer política plenamente. Son ellos los que tienen que tomar decisiones y responder de su pasado, asumir los errores y reconocer que la violencia nunca tuvo sentido y que la repudian».

Más allá aún se fue en su valoración el portavoz de Ezker Batua, José Navas. Tras tildar de «decepción» el contenido de la declaración leída en la Casa de la Paz, llegó a asegurar que con posiciones así la izquierda abertzale provoca «un bloqueo del proceso de normalización».

En una línea similar a la de Ares o los portavoces del PNV que han criticado la comparecencia del sábado, Navas añadió que «no se puede ser equidistante ni poner paños calientes cuando ETA ha sido la principal culpable de ese dolor». Acusó a la izquierda abertzale de «tratar de pasar página» tras décadas de lucha armada. Y también dijo que el texto «dificulta la aproximación a quienes sufrieron el terrorismo».