Estamos en tiempos en que debemos perdonar y ser perdonados... Pero alguien debe pedirme perdón.

Alguien debe pedirme perdón por ser madre de una hija física, síquica y sexualmente torturada. Por ser mujer de un marido síquica y físicamente torturado. Por ser una persona en varias ocasiones detenida, humillada, síquicamente maltratada con el añadido de las correspondientes amenazas y bofetones. Esto parece ser que no es tortura sino maltrato...

Soy familiar de personas fusiladas en la guerra. Todos sabemos quienes han sido y quienes son. No soy un caso único en Euskal Herria. Somos muchos miles. Alguien debe pedirme perdón.