La Fundación Manu Robles Arangiz y la editorial Txalaparta presentaron ayer el libro que han coeditado «ELA en la Segunda República. Evolución sindicalista de una organización obrera», del italiano Dario Ansel. En este contexto, el secretario general de ELA, Adolfo Muñoz, Txiki, recordó las raíces del sindicato más representativo que se hunden en su concepción de clase y abertzale,y que en 1976 en Euba (Bizkaia) se refundó y se le dio «más autonomía», al marcar la necesidad de la incompatibilidad «entre cargos políticos y sindicales».

En esa línea, Txiki Muñoz criticó a CCOO y UGT porque están utilizando la reforma de la negociación colectiva para «eliminar el sindicalismo que otros representan con la extensión de un monopolio sindical». Destacó que la denuncia que realizaron hace unos meses de lo que supondría «la centralización» de la negociación colectiva en Madrid «ya se está produciendo con el Metal y el Comercio. Los sindicatos españoles trabajan a destajo para sacar fruto».

En este caso, el líder sindical destacó que «en ambos convenios reservan para el ámbito estatal infinidad de materias». Para Muñoz, esta manera de actuar tiene que ver con el «sindicalismo vertical». Denunció que se reservan para el ámbito estatal «todos los elementos que tienen que ver con los fondos de financiación». Por lo que afirmó que esa manera de actuar de CCOO y UGT supone un sindicalismo «que está trincado y sólo se mueve por intereses económicos, para seguir manteniendo fuentes de financiación». A su juicio, quienes optan por llevar la negociación colectiva a Madrid están apostando «por el empobrecimiento colectivo, ya que en el ámbito estatal los convenios son muy malos e inferiores en materia salarial y laboral».

También incluyó en esta escaramuza a la patronal, que sabe «que tiene un chollo con la reforma que le hizo Zapatero» y que Rajoy «quiere profundizar, con nuevas reformas».

Tampoco dejó pasar la ocasión para denunciar los nuevos contratos de inserción. En este caso, recordó que se pone a Alemania como ejemplo de los «minijobs», contratos de inserción baratos. Dijo que fue idea del excanciller alemán Schroeder, quien reconoció que así se abrían las bolsas de la precariedad. De hecho, en Alemania se está cuestionando esa manera de contratación precisamente porque elevan la precariedad.

En el acto de la presentación del libro «ELA en la Segunda República. Evolución sindicalista de una organización obrera», del italiano Dario Ansel, que tiene su origen en una tesis doctoral del autor italiano, cuenta la historia del sindicato vasco durante la etapa republicana, desde abril de 1931 hasta el estallido de la Guerra Civil en julio de 1936, y llena el vacío historiográfico que había en torno a la trayectoria de ELA en esos años, como reconoció Mikel Soto, de la editorial Txalaparta, coeditora del libro. quien dijo que «es necesario conocer la memoria para mirar hacia adelante».

Xabier Anza, presidente de la Fundación, confirmó la importancia de dar a conocer la historia y admitió que al estar coeditada con Txalaparta entrará en el circuito comercial para hacer llegar el libro a más personas.