Maite SOROA | msoroa@gara.net
Ficción democrática
El PP anunció el viernes su intención de que decenas de miles de personas que no residen en Araba, Bizkaia ni Gipuzkoa sino en otros puntos del Estado español puedan votar en las próximas elecciones al Parlamento de Gasteiz. Argumenta que se han marchado por miedo y les llama «exiliados». Pero lo cierto es que les faltan votos y quieren lograrlos donde sea. Y desde la caverna mediática aplauden la idea. En Elsemanaldigital.com, un tal Alfonso Merlos titulaba gráficamente su columna: «Cómo evitar que el futuro lehendakari sea de ETA». El personaje decía que la propuesta que plantean quienes nunca gozaron de los favores de vascas y vascos «es tan simple como justa: un censo de `vascos ausentes' de cara a las próximas elecciones autonómicas en el territorio en el que hoy Bildu-Amaiur campa por sus respetos». Lo de «vascos ausentes» es de traca. Como las preguntas que plantea a continuación: «¿Acaso no es una urgencia que los partidos con fuertes convicciones en la lucha contra el terrorismo impulsen una reforma legislativa que haga posible el reconocimiento de este derecho a esos más de 200.000 españoles a los que se les ha vulnerado? ¿Acaso no es verdad, como se subraya desde la plataforma que preside Inma Castilla de Cortázar, que el censo electoral ha sido adulterado de acuerdo a los designios de ETA y del nacionalismo y, en consecuencia, la democracia en el País Vasco en absoluto es completa?». Que la democracia en absoluto es completa en esta tierra es muy cierto, pero lo que se ha vulnerado es el derecho al sufragio activo y pasivo de buena parte de la sociedad vasca, por ser abertzale y de izquierdas. Eso sí que ha sido una adulteración del censo.
Pero el tal Merlos no tarda en sacar a relucir sus más profundos temores: «No podemos permitir que unas alimañas insaciables, después de haber expulsado masivamente a ciudadanos libres de sus casas, creen una ficción democrática. Y no podemos permitir que los dos grandes partidos que articulan la vida política en España, se pongan de canto ante un asunto de vida o muerte para la dignidad nacional. ¡Otegi no puede ser lehendakari!». Pues para servidora, «ficción democrática» es impedir que eso suceda manteniendo al posible candidato en la cárcel para que no le puedan votar.