Tiene nombre de reina, y parece reinar en el nuevo gobierno que ya no sabemos si llamarlo marianista o sorayista. Soraya Sáenz de Santamaría ha sido colocada en el vértice de la pirámide de gobierno, acumulado un poder de tal dimensión que casi nunca nadie había tenido. La mujer fuerte del gobierno, para entendernos, ella con su cara redonda, sus melenita traviesa y sus ojos salpicones ha conseguido en muy poco años de carrera política alcanzar un puesto de relevancia en un gobierno que debe afrontar algunas de las cuestiones más importantes que ha vivido el Estado español en los últimos treinta años.

Pero en este gobierno vicepresidido por Soraya aparecen unos cuantos nombramientos que como bien se cuidan en señalar, tienen el pedigrí de haber sido tertulianos de lo más duro de «Como gato al agua», es decir, fiel infantería de Intereconomía y uno de ellos, para más señas, con un parecido físico más que razonable con José Maria Aznar, va a tener a su cargo la concesión de licencias de emisión de las televisiones, por lo que no sería de extrañar que todos los lloros de esta cadena ultramontana, con su petición de limosna a sus clientes, pueden convertirse en soluciones y salir reflotada en breve. La publicidad hace milagros.

Una de las preguntas de estos días es: ¿Cuál será el grupo mediático de Rajoy? Pues ya contesto yo: el de Soraya. ¿Y cuál es el grupo mediático de Soraya? El del PP, el del dinero, el del orden y la cruz. Y ahí si que debemos fijarnos bien, porque bajo esa definición existen muchos candidatos. Empieza, por decirlo de una manera simple, el momento de la verdad. Ahora se les ve muy contentos, pero empieza a funcionar el BOE, y ahí ya no se trata de promesas, sino de decretos, y muchos que parecían fijos en las quinielas, han desaparecido, por lo que los medios, las grandes cabeceras, andan haciendo méritos. Y, la verdad, es que al final, repartirán migajas para todos, para no crearse enemigos directos, y con el tiempo se irán perfilando las urgencias. Y hay ministros con antecedentes de colaboración con todos los grupos mediáticos. Lo importante es ver qué hacen con RTVE. Esa es la asignatura que debe aprobar Soraya con soltura.