Igor Yebra recreará en Bilbo «El cascanueces», el clásico de la danza de Tchaikowsky
A primeros de enero los bailarines del Ballet de la Ópera de Burdeos Igor Yebra y Oxana Kucheruk interpretarán una versión fiel a la obra de Tchaikowsy, pero más reducida para acercarla al público familiar.
GARA | BILBO
El bailarín Igor Yebra recreará a primeros de enero próximo en el Teatro Arriaga de Bilbo el cuento «El cascanueces», una de las grandes obras de la danza clásica compuesta por Tchaikowsky para el coreógrafo francés Marius Petipa. Yebra, uno de los bailarines principales del Ballet de la Ópera de Burdeos, actuará junto a su compañera y primera bailarina en la citada compañía francesa de danza, Oxana Kucheruk.
El artista bilbaino presentó ayer esta obra, que tradicionalmente se representa en Navidad en los principales teatros del mundo. Destacó que, junto a él y Oxana Kucheruk, participarán más de 70 jóvenes promesas vascas de la danza en las seis funciones de este clásico que, del 4 al 8 de enero, ofrecerá el Arriaga, en la que será la tercera producción propia de danza del escenario municipal.
Señaló que «en Burdeos siempre se hace esta obra cada dos años y siempre está el teatro abarrotado de público» -el Ballet de la Ópera de Burdeos ofrecerá 24 funciones en 16 días durante estas fiestas en esa ciudad francesa-. Le gustaría que esa tradición «también pudiese arraigar» aquí.
Va a respetar la versión original coreografiada por Petipa porque «ya está todo inventado y todo hecho, y más con este tipo de ballet». La obra que se verá en Bilbao va montada sobre la estructura coreográfica creada por Petipa. «La novedad principal es hacerlo más reducido e ir a la esencia de la danza, para hacerlo más ameno».
Añoranza de la infancia
«El cascanueces» es una fábula sobre la añoranza perpetua por la infancia perdida y el contraste entre la realidad del mundo de los adultos y el mundo de los sueños de los niños. Narra las aventuras de Clara, una niña a la que regalan por Navidad un cascanueces de madera con figura de soldado, y el propio cascanueces convertido en soldado de carne y hueso en los sueños de su propietaria, que lucha valerosamente contra el Rey Ratón y su ejército.