Los resultados de Euskaltel en 2011 son incuestionables. Ha mejorado los beneficios, las ventas y ha aumentado la captación de clientes. José Antonio Ardanza ha dejado la presidencia y, en su lugar, el consejo de administración, donde las cajas vascas cuentan con un 70% de capital, ha colocado a Alberto García Erauzkin, el líder de esta joven empresa, con 553 trabajadores, con éxito y donde determinados inversores han puesto sus ojos porque, a pesar de ser pequeña, tiene el atractivo de ser puntera a nivel tecnológico aunque tenga que competir frente a grandes del sector como Vodafone o Movistar.

¿Qué ha cambiado de director general a presidente?

Lo primero que cambia es que en mi vida profesional siempre me ha gustado tener referencias. Empecé en auditorías, pasé a Patricio Echevarría, pero fui el más joven y pude aprender, lo que quiere decir que tenía a otros veteranos que para mí eran de los que aprendía. A Euskaltel llegué con 37 años y fui de los mayores. Haces un máster con personas profesionales, aprendes con la práctica. Aquí con José Antonio Ardanza he aprendido mucho. Ahora me cambia que tengo 51 años y no tengo esas referencias hacia adelante, pero las tendré que buscar, sin duda.

¿Esa experiencia le ha ido bien a usted y a Euskaltel?

Sí, sí. Tenemos una generación de jóvenes muy preparados con muchas ganas y empuje. Han hecho un doctorado en telecomunicaciones y en negocio. La experiencia media llevamos 14 años, y son de 8 años. La gente ha crecido con Euskaltel. Nos va bien. Es cierto.

¿Como está el sector de las telecomunicaciones?

El sector siempre se ha dicho que es un sector refugio de la crisis, porque es verdad que no caído un 30% por la crisis como ha ocurrido en otros, pero en 2008 se quedó en un 0%, luego bajó cuatro, cinco y seis por ciento entre 2009 y 2011. Los grandes operadores lo están viendo con cierta preocupación porque no han estado en esta situación antes. En el Estado español como se había vivido una prosperidad económica sin precedente, que son los quince años de la liberalización de las telecomunicaciones los operadores estaban acostumbrados a que todas las propuestas que enviaban al mercado las aceptaba e incrementaban las ventas, los ingresos y los beneficios. Pero ahora pasa lo contrario. Estamos en crisis, la cultura de esas organizaciones ha sido de éxito, y ahora están en una cultura de grandes dificultades y lo están notando.

¿Por qué Euskaltel no ha sufrido en ese mismo sentido?

Es una cuestión cultural, sin duda. Tenemos claro que peleamos con operadores grandes, nuestra motivación particular es que no podemos relajarnos, tenemos que ser diferentes a ellos, mejores, más cercanos y tan tecnológicos como ellos. Mantenemos la intensidad como en tiempos de crisis. No hemos bajado la intensidad, a pesar de que las cosas nos van bien.

¿Esa es la clave?

Sí, mantener el ritmo y la intensidad han sido las claves. No autocomplacerte de lo conseguido y ver las cosas que podemos hacer mejor. Tener claro que competimos con los grandes, pero que queremos ser grandes aunque todavía seamos pequeños de cara al cliente. Para que te reconozca eso tenemos que trabajar de cara al cliente y eso lo sabemos hacer. Hemos puesto el foco en la cercanía y el conocimiento del cliente. Al final, si el cliente está satisfecho, te da resultados.

¿Hay miedo a otra burbuja en el sector?

Es una buena pregunta, lo que sí hay es mucho dinero de inversores esperando la oportunidad. Puede haber una tentación a sobrepagar, pero creo que es difícil que haya otra burbuja grande, porque hay mucha gente que ha tenido muchas heridas en el camino. En el momento en el que parece que va a surgir esa burbuja, todo el mundo echa el freno. Lo veo difícil. Creo que como en el mundo económico en general, también en el sector, de las telecomunicaciones hay que hacerse a la idea de que se han acabado los crecimientos de dos dígitos todos los años.

¿Como presidente qué metas se ha marcado?

Tenemos un plan para cinco años con inversiones de 240 millones, pero nuestro ideal de compañía es una compañía que teniendo el centro de decisión aquí, sea la cabeza de proyectos en el mundo.

¿Una multinacional?

Una multinacional vasca con centro de decisión aquí. Hemos visto que esos pinitos que hemos hecho en Chile y otros países nos sitúan en una posición buena. El mundo de las telecomunicaciones está formado por tres tipos de operadores. Los antiguos monopolistas, luego los que empezaron a competir con ellos, con móviles Vodafone (Europa), Verizon (Estados Unidos) o Claro (Latinoamérica); y luego los regionales en cable y fibra, compitiendo en banda ancha y voz, empezando a competir en TV y en el móvil.

En lo que estamos viendo, hay operadores que no han recorrido el camino que ya ha hecho Euskaltel. La mayoría de estos últimos están basados en el sector residencial, pero Euskaltel es referencia en sector de empresa. Vemos que tenemos capacidad de añadir conocimiento en otros lugares del mundo, en alianzas que podemos liderar.

¿En qué plazo?

No en estos cinco años, pero sí que es una idea que estamos trabajando, porque estamos desbrozando ese camino. La clave está no en ser más grande, sino en adaptarse a lo que el cliente quiere.

La integración de las cajas vascas en Kutxa Bank obligará a desprenderse de una parte del capital social que tienen en Euskaltel. ¿Teme que entre alguien que no comparta esos objetivos que les han llevado a una posición puntera?

No, por una cosa, hemos visto que los socios que ha tenido Euskaltel han sido de lujo. Otros operadores que nacieron con vocación de ser alternativa al monopolista [Telefónica] no los han mantenido, nosotros sí, incluso en momentos anticíclicos como en el año 2000.

Las cajas comparten proyecto país. Es cierto que los preceptos de Basilea no les gusta, porque penaliza inversiones industriales, pero se puede controlar la compañía con un 51% igual que con el 70%. No tienen prisa por la desinversión y, por lo tanto, los inversores que quieran tendrán que generar confianza.

Pero, ¿no hay temor?

Eso se soluciona con la gobernanza cuando se firma la operación. Uno es el precio y después hay acuerdos donde se fijan decisiones intocables, como que el proyecto esté liderado por Euskaltel y desde aquí.

Las alianzas son buenas en este sentido, serán bienvenidos siempre que el precio sea bueno para los accionistas, que se respete la gobernanza y el centro decisión. También que sea un inversor a medio plazo, y no especulativo.

Si tienen que pagar 222 millones a Orange en ese contencioso sobre los clientes cuando pertenecían a Amena y acordaron con Vodafone su compromiso, ¿les hará daño?

Si hay que dedicar a pagar indemnización esa cantidad no se invierte. Sería injusta, desproporcionada y sin sentido. Nos asiste la razón.

Es un perjuicio. Hay instrumentos de justicia alternativa, como el arbitraje, que son tremendamente injustos. Tenemos el apoyo de los socios, aunque el perjuicio sería evidente. Hasta ahora, afortunadamente el mercado y los clientes están apoyando a Euskaltel ante esta incertidumbre. Pero sería un perjuicio importante para este país.

¿En qué invertirán los 240 millones que ha mencionado en los próximos años?

En mejorar la red e incorporar equipos con más capacidad de proceso y clientes. También trabajamos en conseguir la cesión de espectro.

Y no renunciamos a llegar al último lugar de Euskadi con la fibra. Es difícil, porque tiene que ser con acuerdo institucional porque la inversión es enorme y no la podemos soportar.