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Raimundo Fitero

Salarios

Salario, viene de sal. En los tiempos remotos se pagaba con sal el trabajo. Era una medida. Ahora, todo es relativo. Los hay tan salerosos que, por el simple hecho de haber nacido reina, cobran un salario anual que supera al de los presidentes de los gobiernos electos. Por aparecer en fotos con la periodista, por dar discursos abstrusos sobre nada. Su papá, Rey heredero de Franco, cobra el doble. Cerca de trescientos mil euros al año. Nos dicen que esta cantidad es bruta. Brutísima. Porque los osos borrachos que caza, las comilonas, viajes, meriendas y demás diversiones que se organiza por ser la cabeza que sostiene la corona, la pagamos todos a escote. Los trescientos mil, brutos, son para él directamente, para sus asuntos privados. ¿Cuáles son esos? ¿Ir en avión oficial a una carrera de coches en algún lugar de los emiratos árabes es un asunto privado o de representación?

Es tan paradójica la situación que el que la casa del Rey haga públicas las cuentas, amañadas, disfrazadas, convertidas en un cachondeo, el día de los Inocentes, es tomado como un signo regeneracionista, como un hito democrático. He dicho paradójico, pero quería decir vergonzoso, porque eso no es control del gasto, sino despilfarro y además, con unos tintes machistas auténticamente deplorables ya que ni la reina, ni las infantas, tienen asignación directa, sino que de una partida ambigua reciben cantidades aleatorias, siempre según voluntad del monarca. Pura democracia, igualdad y justicia auténticamente borbónica. Están cercados en sus palacios, pero tienen una cohorte de paniaguados, asustados que le bailan el agua. Pero es impresentable.

Tan impresentable como que una de las primeras medidas de Soraya y Mariano sea congelar el salario mínimo interprofesional. Se recuerda que es el más bajo de Europa, más que el de Irlanda o Grecia, por poner un ejemplo. Y con la calculadora en la mano, se trata de una medida inane. No ahorra nada. O demasiado poco como para ser considerado como algo más que un gesto autoritario, un aviso para navegantes. Este salario mínimo influye mucho, pero mucho en convenios, contratos, pensiones y un largo etcétera como referencia. La que nos espera.

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