Corea del Norte proclamó ayer «líder supremo» a Kim Jong-un, hijo y sucesor de Kim Jong-il, durante una multitudinaria parada militar, en la que también participaron decenas de miles de civiles, organizada en Pyongyang en la última jornada de duelo por su dirigente fallecido.

El presidente de la Asamblea Popular, Kim Yong-nam, que desde el pasado 17 ha ejercido el liderazgo interino del país, designó a Kim Jong-un líder supremo del Partido de los Trabajadores, de las Fuerzas Armadas y del Estado, proclamándole oficialmente como sucesor de su padre.

Kim Yong-nam, en la actualidad número dos del régimen, explicó a los cientos de miles de norcoreanos congregados en la céntrica plaza capitalina que Kim Jong-un personifica el liderazgo, la personalidad, la ideología y las cualidades, especialmente el valor, de su padre, y señaló que bajo su liderazgo el país avanzará «de forma más dinámica» en el camino del «Songun», política diseñada por el fallecido Kim Jong-il que da prioridad a los asuntos militares.

El general Kim Jong-gak, considerado una de las figuras emergentes en las élites militares, despejó las dudas sobre la posible falta de apoyo de las Fuerzas Armadas al joven sucesor, que carece de formación castrense, al señalar que los soldados «protegerán con sus propias vidas al camarada Kim Jong-un».