DOSSIER 2012 | KULTURA: RECORTES Y NUBARRONES
Año decisivo para el futuro de EITB
Crisis económica, crisis de audiencias, crisis de ideas... la actual dirección de la radio-televisión pública vasca tiene por delante lo que se dibuja ya como un año duro, casi una travesía en el desierto.
Amaia EREÑAGA | DONOSTIA
La portavoz del PP en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, lo anunciaba recientemente: espera que el PSOE apoye a su partido en la reforma legal que permita a las comunidades la posibilidad de que una empresa privada gestione su televisión autonómica. El runrún de fondo no es nuevo, ese que mantiene que las televisiones autonómicas son un lujo. No importaría en ese caso que su función fuese la de impulsar la normalización de una lengua minorizada, como es el caso de ETB, porque los criterios esgrimidos, al menos públicamente, son los económicos y los que apelan a los cambios que está sufriendo el panorama televisivo (más cadenas, un mercado publicitario disgregado, un futuro que tiende más a la televisión a la carta y deja de lado a las televisiones generalistas...). En época de crisis, hay que desprenderse de gastos superfluos.
El panorama a corto plazo no resulta, por tanto, nada alentador para ETB; un ente que entra en el 2012 con una importante carga sobre sus espaldas, consistente en una continuada tendencia a la baja en sus audiencias y lo que se perfila ya como un polvorín interno, debido tanto a las diferencias internas en su propia dirección -la sintonía entre Alberto Surio, director general de EITB, y Miguel Angel Iglesias, director de ETB, es nula- y los problemas que tendrán con los trabajadores debido a los recortes que se prevén para la nueva temporada.
Con un 8,4 por ciento menos de presupuesto que en 2011 y la supresión del Contrato Programa -una herramienta en la que se basaba la gestión del ente durante cuatro años, utilizada en la mayoría de las televisiones públicas, y que permitía planificar su estrategia a medio plazo-, el equipo de Surio deberá realizar recortes urgentes. Habrá, por tanto, reducción de plantilla -con los eventuales han comenzado ya-, se supone que prejubilaciones -aunque la nueva política de Madrid no va por ahí- y una reducción aún mayor de contratos con las empresas del mundo audiovisual vasco, que actualmente sufren ya una situación de asfixia económica tal que los ERE serán pronto una noticia del pasado.
Los que vienen debieran ser tiempos en los que la imaginación y las ideas suplan las carencias económicas, pero resulta harto difícil si no hay un equipo directivo unido dispuesto a mojarse y echar el resto. Algo que, al parecer, no existe.
En 2012, además, ETB será también noticia con el nuevo apagón televisivo, fijado para julio. ¿Eso qué supone? Que, de momento, estamos en una fase de transición, en la que las televisiones emiten simultáneamente por dos frecuencias (la vieja y la nueva; la analógica y la digital); pero, a partir de julio, tendrán que migrar de las frecuencias que ocupan para dejar paso a la telefonía móvil... y, en el caso de Nafarroa, ETB dejará de verse en analógico. Así, el herrialde ya no recibirá la señal de la televisión pública vasca, excepto en el caso de que el Gobierno de Nafarroa y el de Lakua lleguen a un acuerdo sobre quién debe hacerse cargo de los costes del paso de ETB a la TDT en Nafarroa.
La petición ha vuelto al Parlamento de Iruñea pero UPN no parece que vaya a dar su brazo a torcer.... ¿y Lakua, habrá voluntad política?
Entre tanto recorte y desapariciones varias, una de las pocas buenas noticias del año será la designación oficial en mayo de Donostia y la ciudad polaca Wroclaw como capitales culturales europeas en 2016. Una delegación municipal donostiarra, encabezada por el alcalde, viajará hoy a Wroclaw para participar en las fiestas preparadas para Nochevieja. La celebración arranca ya.
43.000
son las recogidas por los trabajadores de «Navarra Directo» en apoyo al mantenimiento del programa. La continuidad no sólo del programa, sino de la captación de ETB en Nafarroa, están en peligro.
11 %
Kazeta.info informaba ayer mismo del recorte en las partidas destinadas a las traducciones al francés e inglés de la página web del ente. Prácticamente desaparecerán las versiones en ambos idiomas.