Crónica | Pleno en Garinoain
La ultraderecha busca un alcalde que el pueblo no desea
Garinoain plantó ayer cara, en silencio, a su nuevo Ayuntamiento, conformado por «paracaidistas» de Derecha Navarra y Española y dos madrileños de la formación de Blas Piñar, Alternativa Española. Más de doscientas personas se concentraron a las puertas de la Casa Consistorial poco antes del mediodía, cuando estaba previsto que se celebrara el pleno de investidura.
Aritz INTXUSTA
Pero el protocolo oficial no transcurrió como estaba previsto, ya que las dos fuerzas de ultraderecha que se han hecho con el Ayuntamiento con un rácano 5,6% de los votos no consiguieron reunir a todos sus «electos». De los siete, faltaron dos: Luis Beaumont y el cabeza de lista, el tafallés Gonzalo Vicuña. Y los cinco que se presentaron decidieron aplazar la votación para elegir alcalde, aunque tomaron posesión de sus cargos de concejal.
Vicuña, el aspirante a ocupar la Alcaldía, ya había dado a conocer sus dudas sobre si finalmente aceptará el cargo o no. Ayer, cuando debía recoger la vara de mando, se presentó en el centro de salud de Tafalla alegando que tenía vómitos y mal de estómago. Los vecinos tienen constancia de que por la mañana estuvo trabajando. Ahora se abre un nuevo plazo de 48 horas para elegir al alcalde y habrá que esperar para conocer cuál es la evolución de Vicuña.
La plaza del Ayuntamiento de Garinoain -municipio de la Zona Media navarra de poco más de 500 habitantes- amaneció decorada con crespones negros y con pancartas que rezaban «Contra los especuladores políticos», «No nos representáis» y «No queremos a los amigos de los proxenetas» -esta última, en alusión al pacto de la formación ultracatólica DNE con España 2000, partido político cuyo líder es el representante legal de los propietarios de clubes de alterne del Estado español, José Luis Roberto-. Los vecinos acudieron vestidos de negro y recibieron el respaldo de parlamentarios de Izquierda-Ezkerra y de Bittor Rubio, de Bildu, así como de alcaldes de localidades cercanas del valle de Orbaibar.
En las elecciones del 20N -en mayo no se realizaron porque no se presentó ninguna candidatura-, DNE presentó una lista a espaldas de los vecinos del pueblo, sin que tuviera ninguna candidatura rival. La opción de que no obtuvieran la Alcaldía pasaba por conseguir que no alcanzara el mínimo legal del 5% de los votos válidos emitidos. El pueblo se volcó con el voto en blanco, pero DNE obtuvo un voto más de los necesarios: 18.
La protesta respetó el silencio y contó con una amplia participación teniendo en cuenta el tamaño de la población y el hecho de que fuera día de labor. La plaza permaneció custodiada por la Policía Foral, que desplegó a decenas de agentes. Además de las pancartas, el Ayuntamiento lució un enorme crespón negro, y en árboles y farolas colgaban esquelas anunciando la defunción de Garinoain.
DNE había anunciado que, durante la investidura, harían sonar el himno de España, pero finalmente nadie salió al balcón. Ni siquiera para quitar la pancarta. Nieves Ciprés, presidenta del partido, se marchó tras el fallido pleno sin apenas hacer declaraciones, a pesar de la considerable presencia de medios de comunicación. Aseguró que Vicuña decidió no asistir «porque estaba muy fastidiado». Un rato después, escoltados por policías y aprovechando que los vecinos ya se habían retirado, miembros de DNE regresaron para quitar la gran pancarta en la que se les preguntaba «Qué parte del `no' no entendéis».