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Una nación hablándose a sí misma (y al mundo)

 

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Iñaki SOTO Director de GARA

Hasta este artículo el periódico ha estado dedicado a marcar temas que en 2012 serán importantes. A partir de aquí comienza el «auténtico» diario, por así decirlo, que además sufrirá mañana una resaca que encontrará en la relectura de GAUR8 y ZAZPIKA su mejor analgésico.

Por si el periódico del día no diese suficientes pistas de lo que nos espera el año que comienza mañana -recortes de derechos, autos contra el Derecho, sumar más presos y maltratarlos más... así como una y mil batallas en la defensa de precisamente todos los derechos para todos-, nos hemos aventurado de nuevo a reflexionar sobre las grandes cuestiones que afrontan el país y el mundo. Este ejercicio no consiste en pronosticar lo que va a ocurrir, sino en realizar un trabajo periodístico que señale cuestiones relevantes, vitales para nuestro futuro cercano. Siempre teniendo en cuenta de dónde venimos y hacia dónde nos dirigimos o, mejor dicho, nos queremos dirigir. Aspiramos a ser libres, como pueblo y como personas, y el periódico debe ayudar en esa labor emancipadora. Sin contemplar esta idea rectora, nada de lo escrito ni antes ni después tendría demasiado sentido.

2012 vendrá marcado para los vascos por dos aniversarios históricos muy importantes: por un lado, se cumplen 500 años de la conquista de Nafarroa y, por otro lado, han pasado 75 años desde el bombardeo de Gernika. Son eslabones de una misma cadena que deben proyectarse, de manera compartida y compatible, en clave de futuro.

Un futuro ilusionante, repleto de retos

GARA utilizó precisamente el cuadro "Gernika" de Jose Luis Zumeta para ilustrar la histórica declaración de ETA del 20 de octubre, en la que anunciaba el cese definitivo de su actividad armada, abriendo así un nuevo tiempo político en Euskal Herria. Se puede decir que éste es, por lo tanto, el primer año de ese nuevo ciclo.

Iñaki Iriondo recoge en su artículo las claves de este año, subrayando la necesidad de dar pasos en la resolución definitiva y justa del conflicto, y Ramón Sola da voz a unos de los protagonistas más evidentes del momento: los presos políticos vascos. Poco más cabe añadir. La Conferencia de Aiete marca un camino claro. Sólo me gustaría recordar la importancia de dotar al cambio de ciclo de ideas y protagonistas nuevos, sumando nuevas generaciones y recuperando otras. También deseo subrayar la necesidad de proseguir el debate abierto, siempre recuperando lo mejor de nuestra historia cercana y escuchando aportaciones de otras experiencias, tanto de nuestro pueblo como de fuera de él. El esfuerzo realizado para unir a diferentes bajo un mismo objetivo estratégico debe perdurar, se debe ahondar en él. Es una de las claves de una estrategia eficaz.

Que no sea un decenio perdido

No se puede olvidar que el telón de fondo del momento es la crisis sistémica de un capitalismo salvaje, una crisis que sin embargo cada vez más claramente empuja a un recrudecimiento del mismo. En este momento y en nuestro contexto, la crisis económica tiene dos grandes víctimas específicas, ambas parte de la clase trabajadora: los trabajadores precarios, una actualización al siglo XXI de lo que Marx definió como lumpen-proletariado, y los desposeídos, de entre los que destacan mujeres, jóvenes, parados de larga duración y emigrantes, entre otros. A esto se le suma una progresiva perdida de derechos por parte de los trabajadores.

La lucha contra todo ello es vital para este pueblo y sus gentes. También para Europa, nuestro contexto sociopolítico. Pobre consuelo el de aquellos que defienden que, en comparación con los españoles, los vascos somos «cabeza de ratón». Por eso mismo, la independencia debe también ser pensada en términos de proyecto social alternativo.

¿Qué hacer?

Hace exactamente ahora 110 años Lenin escribió su famoso "¿Qué hacer?". Merece la pena leerlo o releerlo, no en busca de una razón última y embalsamada que utilizar como arma arrojadiza -arma que, bien sea por falta de fuerza o de puntería, siempre cae sobre los más cercanos-, sino en busca de razones con las que enriquecer un debate necesario: la necesidad de un cambio político y económico estructural en favor de los pueblos y sus habitantes. Aquello que el movimiento de protesta estadounidense ha denominado como «el 99%».

Paradójicamente, la última vez que oí citar esa obra fue en un encuentro empresarial. La referencia irónica la hizo Pedro Luis Uriarte, miembro y defensor de los intereses del otro 1%, como colofón a una alocución que por otro lado fue muy interesante. Estaba acompañado de Mario Fernández, protagonista funesto de este fin de año por su maniobra para cercenar criterios de democracia y transparencia en el control público de Kutxabank. Su manera de proceder evidencia que no aceptan el fair-play ni como hipótesis de futuro. Habrá que tenerlo en cuenta en adelante, tanto para negociar como para no negociar.

Un buen periódico

Quiero destacar que, entre otras cosas, el manuscrito de Lenin habla también sobre la función del periodismo. Volviendo a su pregunta, a nosotros, a quienes hacemos GARA, nos toca ante todo hacer un buen periódico. Arthur Miller dijo que «un buen periódico es, supongo, una nación hablándose a sí misma». Es una frase inspiradora, sin duda.

En los últimos días hemos informado de los buenos resultados que hemos tenido este año, con un crecimiento sustancial en el número de lectores en todos los soportes y formatos. En consecuencia, nuestra influencia y relevancia social también han crecido, a pesar de la discriminación que seguimos sufriendo. No obstante, que nadie se engañe. Éste es un sector en crisis, que en nuestro entorno sólo se sostiene por un sistema perverso y clientelar, un sector que requiere de una reconversión a la que muchos se niegan por intereses espurios. Al fin y al cabo, la mejor manera para que no te engañen los medios es saber cuáles son sus fines.

Nosotros, por nuestra parte, hemos agradecido a todos los que han hecho posible que cada vez seamos más y, con todas nuestras limitaciones, seamos mejores: lectores, trabajadores, compradores, repartidores, empresas, anunciantes... El mérito es, en definitiva, de la comunidad que nos creó y que nos ha dado aliento durante estos casi trece años. Esa es nuestra baza, nuestra fuerza. En un momento en el que todas las empresas del mundo buscan crear una comunidad -desde la más natural hasta la más absurda, como la de quienes comen sopas de sobre o consumen una determinada bebida-, nuestro gran valor es que a nosotros fue una comunidad la que nos creó: aquella formada por personas que dan especial importancia al vértice en el que se unen política y periodismo, sociedad y medios de comunicación, un pueblo y su propia voz. Siempre desde una perspectiva de izquierda, internacionalista, abierta al mundo y pensada desde y para Euskal Herria, para sus ciudadanos.

Hablo en nombre de todos los trabajadores de GARA si digo que este año ha sido un auténtico orgullo hacer periodismo y hacerlo en este medio, en este país. Hemos dejado unos cuantos ejemplares para guardar, unos cuantos periódicos históricos. Creemos sinceramente haber aportado algo importante en un momento importante para nuestro pueblo. En 2012 seguiremos en esa labor, siempre intentando mejorar.

Zorionak eta

urte berri on!

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