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ELEAK hace balance de seis meses y fija el derecho a decidir entre sus tareas

El recién acabado 2011 ha sido el primer año del movimiento Eleak. En la asamblea nacional celebrada en Donostia se ha analizado su aportación y su funcionamiento, y se han fijado los retos para 2012, entre los que destaca la apuesta por impulsar el derecho a decidir como principio a afrontar no desde una perspectiva independentista, sino democrática.

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Ramón SOLA

Al movimiento Eleak no le ha faltado trabajo en los últimos meses. Tras nacer en la pasada primavera como plataforma por los derechos civiles y políticos, se ha hecho conocido y extendido con su acción concreta, en la calle, contra prácticas que no han cesado pese al nuevo tiempo abierto por la declaración de ETA del 20 de octubre, como la detención de ciudadanos vascos para cumplir condena o la amenaza de próximos ingresos en prisión. El inicio de su actividad coincidió además con el juicio del «caso Bateragune», representativo de otro de sus campos de batalla: el de los procesos políticos.

Tras este arranque, su primera asamblea nacional, celebrada en la Casa de la Paz de Donostia hace unas semanas, ha hecho balance del camino recorrido hasta ahora y ha sentado las bases y los retos para este 2012. Destaca un subrayado: «Entendemos que la solución a un conflicto que ha laminado la libertad de tantas personas no pasa por el mero cese de la represión o de la lucha armada. El principal eje de la democracia vasca debe ser el derecho a decidir, expresión de la soberanía política de Euskal Herria, pero sobre todo el derecho de los ciudadanos a ser consultados y a que el resultado de esa o esas consultas sea vinculante. Es un principio democrático incuestionable que Eleak impulsará con todas sus fuerzas».

Lo hará desde una perspectiva amplia y plural, «precisamente porque pensamos que hay que hacerlo con todos y todas los que creen que el derecho a decidir no es cosa tan solo de independentistas, sino de demócratas». En la práctica, Eleak está contando con la implicación de personas de procedencias políticas muy diferentes, identificables con siglas de la izquierda abertzale, el PNV, el PSOE o EB, pero dejando claro que no se trata de una plataforma de agentes, sino de un movimiento de ciudadanos.

Junto a ello, el movimiento continuará con la tarea de denunciar las vulneraciones de derechos y señalar a sus responsables, en un marco general de actuación que quiere estar al margen de la evolución de las coyunturas políticas concretas, en la medida en que lo que reivindica son derechos que se se deben respetar en cualquier escenario y tienen que reclamarse con «argumentos de largo recorrido».

«No actuaremos como si no hubiera un proceso político, pero sí manteniendo un discurso independiente ante el mismo», explica. En consecuencia, Eleak entiende que en la práctica será un agente que impulse ese proceso, «pero no de modo directo, sino indirecto». Así, mantiene la reivindicación de una lista de derechos que ya sustentaron la labor de Adierazi EH, su antecedente más inmediato: el derecho de todas las personas a la vida y la integridad; el de manifestación, expresión y opinión; el de reunión y acción política; el derecho a la intimidad y privacidad; a usar los espacios públicos, las calles y las infraestructuras; el derecho humano a la justicia; a votar y ser votado; y el derecho a la democracia, la paz y la solución.

«Contrabandistas de ideas»

¿Cómo hacer todo ello? En la reflexión de la asamblea celebrada en el Palacio de Aiete se ha apuntalado la idea de que «las personas son nuestro motor». «En este camino, necesitamos compañeros de viaje, amigos y amigas, contrabandistas de ideas y de proyectos, adhesiones, críticas y nuevos impulsos con matices y diferente motivación -admite Eleak-. Ya trabajamos con muchos de ellos, pero no nos conformamos con los más cercanos y cercanas. Queremos que todos se identifiquen con Eleak, con su proyecto y sus propuestas, no por efecto de un auto de fe, sino como resultado de su propia implicación. Nos comprometemos a mantener engrasado el mecanismo de la complicidad, del contraste permanente, de las tomas de decisiones por abrumadora mayoría, del respeto a la dinámica local o sectorial, de la sinceridad, tanto acerca de lo que somos como acerca de lo que queremos».

DE LA INDIA e irlanda a lemoiz, demos y 18/98+

Para quienes todavía no sepan de dónde parte Eleak, el documento de base de esta primera asamblea arrancaba con una serie de referencias de movimientos por los derechos en todo el mundo y en Euskal Herria desde los años 30 del siglo pasado. Entre los primeros se evocan la lucha por la independencia de la India, con Gandhi y la Marcha de la Sal como iconos; la que se libró contra el segregacionismo racial en EEUU (Rosa Parks, Martin Luther King); y la llevada a cabo en Irlanda contra la desigualdad entre comunidades a partir de 1968.

Respecto a Euskal Herria, Eleak cita la lucha contra la central nuclear de Lemoiz, el movimiento insumiso, los Demos en Ipar Euskal Herria o, más recientemente, el 18/98+. Pero subraya que en este país «hay cientos y cientos» de referencias menores, como la negativa a pagar impuesto en Ondarroa por el apartheid político o la defensa del baserri Kukutxaga de Berango. R.S.

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